Con carteles, sus amigos piden permiso a su lapa para que le “suelte” un poco más y le deje compartir con ellos.
Esteban Cardozo es un fuerte y aguerrido bombero. Cualquiera diría que tiene el mando en sus manos. Que es el verdadero “macho” paraguayo que jamás pisaría el suelo “desconocido” de la cocina de la casa.
Bueno, un viejo refrán dice que siempre hay excepciones. Y, según los kape de Esteban, él está en esa lista. Según sus amigos, es el permiso’i del grupo, o sea, el arriero a quien su patronal no le deja salir ni en la esquina y hasta ndaje tiene que pedir permiso para ir a comprar el pan.
El caso del bombero en cuestión es uno de los tantos que dio “vida” a una nueva moda que “cranearon” loperro: escrachar al lorito óga durante el tercer tiempo y subir en las redes sociales.
Colocan la foto del “arriero plumífero” en la silla –donde debía estar sentado– junto a una botellita de cerveza y lo suben al Facebook, Instagram umía.
Esteban faltó a un partido de fútbol con los cuates y estos hicieron un cartel, con su foto y con un pedido a su patronal, que por favor le diera permiso para compartir con ellos.
“Esta es la nueva moda de los muchachos. Cometí el error de avisarles que no iría y me hicieron esto. No fui porque no pude nomás y no porque no me dieron permiso en casa. Es la primera vez que falté”, contó entre risas Esteban.
Comentó que hace 8 años está casado y ante la consulta si es verdad que su lapa le controla hasta la respiración, le marca mejor que un central de la selección paraguaya y no le deja salir con los muchachos, he’i que “tanto así no jajaja. La verdad que todos somos lorito óga en algún momento. Todos pedimos permiso. Y mis amigos son los más permiso’i que existen”, le bajó.
La frase para pedir permiso
La moda de mandar al frente en las redes sociales –de manera kachiãi– al lórito óga que no va en las reuniones de amigos es algo que ven con buenos ojos muchos grupetes y cada vez se vuelve más constante.
“Señora Sunilda, nos dirigimos a usted para solicitar permiso para su marido, el señor Esteban, a fin de poder jugar al fútbol”, reza el pedido que realizaron los kape de Esteban a su lapa.
“Yo no tengo nada que ver. Solo le tienen que llamar y él se va a ir”, dijo ña Sunilda, negando –entre risas– ser la responsable de “enjaular” a su ména y que para nada voi él le tiene que pedir permiso para dar unos pasos afuera. “No es cierto lo que dicen mis amigos, no siempre uno puede ir y yo falté porque tenía otro compromiso nomás (ríe)”, finalizó.
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