Después de días y horas de chateo, la relación a distancia se volvió más cercana, tanto que ya celebran el primer año de casados, hoy ella recuerda aquel encuentro.

En busca de sueños, cansada de lo mismo y con las ganas de encontrar una persona que tenga las mismas metas planteadas lo conocí a él…

Lo conocí un 11 de abril a través de una página web, él me contaba cómo le iba en su día a día, de trabajar, ir y venir a su casa. Salió de Ciudad del Este a San Pedro, antes de conocerle no sabía mucho, tenía una imagen por las noticias nada más, un lugar donde parecía muy cálida su gente.

Me gustaba mucho conversar con él, por lo que me dijo que él había estado en ese lugar. Me di cuenta que a veces llamamos las cosas con la mente. O algo así. Compartimos muchas cosas, muchas veces oímos frases del tipo, “es el destino” o el tan famoso “casualidad”, pero contadas son las personas que les suceden ocasiones como esta.

Le noté que era un persona arriesgada en la vida por lo que le hice una pregunta que le haría como examen final, decidí preguntarle: ¿Ale crees en el compromiso? Me dijo que no, por lo que quedé asombrada, quizás no me imaginaba esa respuesta para lo que después de unos meses me dijo que no esperaba más la hora de casarse conmigo.

Meses más tarde le abrazaría en personas, aquellas largas horas conectados habían valido la pena. Así la primera impresión al verle fue ¡este es el hombre que tanto había esperado!, ¿quién iba a pensarlo? Aquel chico que vi sonreír y salir a través de las puertas del ómnibus, y sí eran muchos kilómetros de los que nos separaban a ambos y aun así su valentía de venir a verme, arriesgando su vida.

Y que hoy en día somos esposos, me hace pensar que ni es destino o casualidad, era el deseo de encontrar una persona que nos llenará mucho más que nuestra expectativa. Dios, su amor nos unió.

Aquel día a mí no me flechó, él me balanceó y de paso me garabateó el alma, me besó tan fuerte que me noqueó las dudas.

Le amo tanto, a mi Alejandro, quería desearte anticipadamente un Feliz 1er. aniversario amor.

Gracias por entrar en mi vida y darle alegrías y colores que me hacen ver la vida desde una perspectiva hermosa aún con todo y sus tonalidades, te amo.

“AQUEL DÍA A MÍ NO ME FLECHÓ, ÉL ME BALANCEÓ Y DE PASO ME GARABATEÓ EL ALMA, ME BESÓ TAN FUERTE QUE ME NOQUEÓ LAS DUDAS”

MARIANA, DE SAN PEDRO, 25 AÑOS

LA RESPUESTA: ¿CÓMO ENCONTRAR AL VERDADERO?

Correspondencia es básica para un sentimiento de amor sincero

Algunos creen en las almas gemelas, otros dicen que hay una persona predestinada para vos, muchos apelan a la química o la atracción que se convierte en amor con el tiempo. Unos dicen que el corazón no decide y otros que el cerebro es el que te dicta quién tu pareja ideal.

Lo concreto es que mucha gente tiene como proyecto encontrar el amor de su vida, enamorarse, casarse y formar una familia feliz. Un vínculo de amor y afecto conlleva una relación de igualdad incluso en las discusiones y conflictos. Al comienzo de toda relación se idealiza mucho a la pareja, con el tiempo y las pruebas que se presentan se conoce a la persona en su totalidad y se puede saber si es o no el amor verdadero o lo que uno espera, quiere o decide.

Pero todo tiene su etapa, justamente esa idealización se produce por todas las expectativas depositadas en esa persona, por el profundo deseo de que sea él o ella la correcta y no volver a equivocarnos y “sufrir por amor”. La correspondencia es básica para poder considerar un sentimiento como amor sincero. Cuando el amor es correspondido significa que aquello que sentimos por una persona también lo siente ella por nosotros, este tipo de amor es necesario para iniciar y mantener una relación constructiva y sana.