La lejana Corea del Sur fue uno de los primeros países que sufrió el embate de esta enfermedad del demoño, debido a su cercanía con China y la afluencia masiva de turistas chinos a la república sureña.

A principios de enero, el gobierno coreano ya empezaba a sugerir a sus conciudadanos evitar las aglomeraciones masivas. Por eso los espectáculos artísticos, teatros, cines, restaurantes y discotecas fueron suspendidas. Ojo, no hubo ninguna restricción de parte del gobierno, pero la gente tomó conciencia de lo peligroso que puede ser el virus del Covid-19 si se lo deja actuar libremente.

“Ya llevamos más de 30 días viviendo encerrados en la casa con mi señora. Ciertamente no hay ninguna restricción para circular por las calles, pero sí hay recomendaciones para las personas. Nosotros nos turnamos con Marcela para irnos al supermercado para traer las provisiones”, fue lo primero que declaró Bruce Sol Lee a Crónica.

Al ver que era muy serio lo que venía, la pareja decidió bajar las persianas de su negocio ha oñemboty avei dentro de la casa. “Al principio daba gusto poder despertarte sin el despertador, ya que nosotros dormimos solo 6 horas al día y ahora estamos 8 a 10 horas sin levantarnos. Nos parecía fantástico poder abusar del sueño, leer todos los libros que no podíamos por falta de tiempo. Vimos con mi pareja las series de televisión que siempre quisimos ver”, he’i.

Pero como no todo puede ser perfecto, “luego de esos días de euforia, vinieron a la mente el trabajo y los compromisos pero tratamos de sobrellevar este encierro de la mejor manera”.

“AGUANTAMOS BIEN”. “Nosotros estamos aguantando bien el encierro gracias a que tuvimos un buen cierre de año en el negocio. Tenemos previsto abrirlo de nuevo el 4 de abril”, aseguró Bruce.

OBEDIENCIA. Una de las cosas que resaltaron los entrevistados es cómo la gente se comportó a la hora de tomar conciencia de manera voluntaria, sin que nadie les imponga nada. Conciencia.

HAY ESPERANZA. Como son mínimos los casos de contagios en una ciudad gigantesca, ellos tienen fe que en dos semanas más todo podría ser normal, “cuando el contagio ya se esté disipando”.

Las charlas giran solo en torno del mal

Con esta pandemia mundial instalada fuertemente en todas las sociedades, las cosas ya no van a ser de nuevo iguales. Es más, ahora las conversaciones solo giran en torno de esta enfermedad o cómo poder chulear el mal. “Solemos llamar a los amigos para saber que tal lo están pasando. Lo gracioso de esto es que la conversación solo gira alrededor del Covid-19 o te preguntan dónde se puede conseguir tapabocas”, he’i.

Pero la vida sigue en ese rincón del mundo; es más, las personas siguen trabajando en las oficinas, lo que no hay más son las aglomeraciones de personas, porque ellos van de la casa al trabajo y de allí a la casa de nuevo”.

Más de 10 millones de almas y solo 15 infectados por el virus

La pareja de compatriotas vive en la ciudad de Seúl, donde el coronavirus infectó a solo unas 15 personas, en una ciudad de 10 millones de habitantes, gracias a la disciplina de sus pobladores. “Se habilitaron unos números de teléfonos donde podés llamar para avisar si uno tiene los síntomas o si conoces a una persona infectada. Pero las calles vacías y la conciencia de las personas evitaron la propagación”, aseguró.

“La otra vez tuve que viajar de urgencia por un tema familiar a otra ciudad y vi que las calles y estaciones del tren están vacías, es muy extraño todo”, finalizó.