Con el paso de los días la lista de afectados por el coronavirus sigue creciendo, y a su vez la desesperación empieza a copar barrios y ciudades enteras. Las medidas se vuelven más duras para evitar que la enfermedad cobre más víctimas en nuestro país.

Para ello, tanto autoridades municipales como avei fiscales se encuentran realizando duros controles para hacer cumplir el aislamiento social, exigido en la “Ley de Emergencia Sanitaria” promulgado hace días por el propio Poder Ejecutivo.

Sin embargo, había sido no solo los polikuéra están a full trabajando por la salud de todos, sino también los pobladores de varias localidades que lanzaron la campaña: “No vengas a mi distrito, estamos en cuarentena”.

Esta es la premisa que se ve en varios puntos del interior del país en donde suman fuerza para cerrar las puertas a los “tukukaru”, potenciales contagiados, que tradicionalmente avanzan en la Semana Santa hacia el interior. Uno de los distritos que lanzó voi por redes su iniciativa es Culantrillo, en el departamento de Caaguazú. Con un feroz cartel avisaron al rollo que no aceptarán visitas en este tiempo para evitar la propagación del Covid-19 en su zona. Justino Vera es uno de los custodios de esta comunidad, quien aseguró que lamentan la decisión, pero agregó que lo único que hacen es resguardar la vida de sus vecinos.

SIGUE MEDIDA. La medida de cierre va a seguir durante todo el período de cuarentena, por lo cual las personas que tengan familiares en el interior tendrán que posponer la visita.

Chulean el vare’a con solidaridad

Las fuerza en varios lugares del país se sumaron pero no solo para cerrar las puertas a los “tukukaru” sino avei para ayudar a las personas más vulnerables.

Desde que se inició la cuarentena, regularmente grupos de personas se organizan para la colecta de alimentos no perecederos para luego empaquetarlos y repartirlos a las familias de los barrios más bajos.

Las redes sociales se inundan de casos de personas que realizan esta loable acción con sus vecinos más necesitados para superar la crisis instalada a causa del virus.

Muchas familias siguen a la espera del subsidio del Estado y mientras eso llegue, los pobladores se organizan para llenar la pancita.