• Gustavo Villamayor
• Periodista

Esta pandemia está poniendo a prueba a toda la sociedad, ya que no distingue edad ni clase social para golpear con toda su furia a la humanidad. Pero hay ciertos sectores de la sociedad que resienten más el embate del virus demoniaco que está causando en todo el planeta.

Y uno de los sectores olvidados por la sociedad es el de las personas en situación de calle. Ningún estamento municipal ni del Ejecutivo se acercó a preguntarles si por lo menos una aspirina-pa oikotevéta.

Hablamos con una persona que vive de lo que recauda en el día a día sobre la avenida Defensores del Chaco de la ciudad de San Lorenzo. “Nadie vino a preguntarnos nada, ni de la Municipalidad ni del Gobierno, nosotros solamente recibimos lo que algunas personas caritativas nos dan. Pasan en sus vehículos por acá y nos dejan un poco de provisiones”, declaró a Crónica Alejandro Cano (42), quien trabaja de cuidacoches.

Esta persona vive en la calle, a pesar de tener un título universitario de Ingeniería Comercial, pero por circunstancias de la vida se gana el puchero cuidando coches. “Yo pagué mis estudios con el trabajo de la calle, pero aperdepa… Ya que no tengo un trabajo seguro, no pude pagar más el alquiler y me encuentro viviendo acá. Duermo ahí en la vereda y si llueve busco refugio bajo algún techo”.

Pero el hombre no pierde nunca la sonrisa, a pesar de los problemas. “Menos mal, personas de buen corazón nos ayudan. Las monjas nos suelen traer para nuestra comida y cena”, he’i don Cano.

Upéi tiró, “tenemos todavía esperanza de que venga alguien del Gobierno o de la Muni local a ayudarnos”.

PADRES SEPARADOS. El hombre, nacido en Asunción, oguereko sus familiares en la capital. “Tengo mis familiares en Asunción, pero nadie me hace caso. Yo no me crié con mis padres porque ellos se habían separado”.

NADIE LE DA PELOTA. Alejandro fue adoptado por una familia sustituta. No tuvo contacto con la biológica. “Ellos dicen que mis verdaderos familiares me tienen que hacer caso”, aseguró. Hoy, la calle es su única pariente.

UN NUEVO EMPLEO. Solo espera que pase esta tragedia sanitaria para salir adelante. “Cuando pase este tema, voy a hacer mi currículum para buscar un buen trabajo. Si quieren ayudarme me pueden llamar al (0981) 638-161”.

“Ganamos lo justo, pero batallando”

No está nada bien la situación en la calle, se siente demasiado el temor y la ansiedad por culpa del coronavirus. “Nosotros vivimos acá de la generosidad de la gente. Hay veces que los policías nos corren de acá… ‘tapeho águi’, nos dicen. Pero no tenemos dónde irnos ni a quién pedir ayuda”, he’i.

La camaradería de la calle los une. “Ganamos lo justo pero batallando, hacemos vaquita entre todos para comer. No hay ayuda del Estado, nosotros somos los más necesitados. Ayer no hicimos nada, con lo que nos sobró del día anterior colaboramos entre todos y comimos un guiso”, gatilló con lágrimas en los ojos, pero siempre con la esperanza de que todo va a ser mejor ndaje.

“Algunos piensan que vamos a cobrar caro, pero es a voluntad”

El movimiento comercial en el centro de San Lorenzo es casi nulo, debido a que las personas isoguepáma antes que por el miedo al contagio del virus argel, lo que también hace que el humor de algunos esté por el suelo.

“Hacemos un poco de platita, pero poco. La gente viene y, si te da, te da poco. Algunos te alargan la cara. Ahora yo hice un tres mil esta mañana (por ayer). Algunos piensan que le vamos a cobrar caro, pero a voluntad nomás es”, contó. Los muchachos toman como pueden las medidas sanitarias. “Cada rato nos ponemos alcohol por las manos. Nos prestan el baño del surtidor para lavarnos las manos. En el mercado tenemos también para bañarnos”.