Lleva trabajando toda su vida al lado de los muertos. Y en 25 años de ejercer esta profesión fue la primera vez que le tocó pasar por una experiencia como esta. Así comentó a Crónica Miguel Jara, personal de la Funeraria Duarte e hijos, empresa que se encargó el día sábado por la mañana de realizar los trabajos de sepelio de la señora Gladys Rodríguez (46), ¡quien no falleció!

“Yo fui hasta la ciudad de Blas Garay a realizar otro trabajo para la funeraria, después de terminar ese servicio, mientras estábamos retornando, me llaman para avisarme de que había otro trabajo que realizar. Me dijeron que se tenía que retirar un cuerpo del sanatorio San Fernando, de Coronel Oviedo. Y al final terminamos viviendo algo fuera de lo común”, fue lo primero que dijo el trabajador.

Recuerda que “llegamos al sitio y procedimos a trasladar a la fallecida que nos fue entregada en una bolsa mortuoria. Así ya le recibimos. Una vez que llegamos a la funeraria yo fui a colocarme mi equipo de protección. El cuerpo seguía en la bolsa en el interior de la ambulancia. Y al abrir la puerta noté que se movía…”.

Más que nada por el susto, le llamó a su compañero para que “sea testigo de lo que estaba sucediendo. La finada se estaba por asfixiar en el interior de la bolsa en la que fue traída. Le dejamos respirar, y rápidamente cerramos la puerta y le dije a la hija que nos acompañe, que teníamos que regresar hasta el sanatorio, que la señora estaba respirando”.

Miguel contó que llegaron hasta el sanatorio, “ahí le pedí ayuda a las enfermeras del local, pero ellas me dijeron que eso era algo normal, que el cuerpo solo está teniendo un ‘reflejo’. Les insistí mucho, pero no me querían recibir otra vez el cuerpo que me entregaron. El marido de la señora desesperado me pide que ayude a su esposa, y ahí encaré directo hasta el IPS de la ciudad”.

Después que todo pasó, la única reflexión a la que llegó Miguel, quien por primera vez en 25 años de servicio vivió algo así es que “Dios me probó. Me puso una gran prueba. Por suerte la señora sobrevivió”.

RÁPIDO ACCIONAR. Ni bien llegaron al IPS, “una enfermera le coloco un aparato en el dedo y me dijo está viva, tiene signos vitales”, contó Miguel. Un médico de verdad se encargó de estabilizarla.

INTERNADA. La mujer había sido llevada de urgencia a la Clínica San Fernando por su presión arterial cerca de las 09:00 horas. Ese día amaneció mal, luego de haber sido dada de alta.

¿OMISIÓN DE AUXILIO? Familiares lamentaron la manera en la que actuaron las enfermeras y el médico de guardia de dicha clínica, quien a pesar de la insistencia no pelotearon más a la mujer.

“Sentí mucha rabia por lo que sucedió”

“Realmente me asusté al principio porque era algo que nunca vi en mi vida. ‘¿Será que estoy mal o bien?’ me dije en un momento. Luego vi que la señora estaba respirando. Ahí me dije ‘esto no puede ser’. En ese instante sentí mucha rabia, nervios e impotencia porque tengo familiares y no me hubiese gustado pasar por una situación como esa”, dijo Miguel, quien contó que al día siguiente le llamó “el marido para agradecerme y pedirme que vaya cuando pueda a visitar a su esposa, que ella ya despertó, habló y reconoció a sus familiares”.

“La señora quería conocer a la persona que le salvó la vida”, comentó al funebrero.

Familiares denunciaron a la clínica por no ayudarlos

El señor Maximiliano Duarte Ferreira (50), pareja de la “resucitada”, presentó una denuncia en contra del Dr. Heriberto Vera, quien fue el médico que entregó el cuerpo de la mujer a los familiares firmando el acta de defunción como causa de muerte “CA de útero”, y quien horas más tarde ya no quiso atender a la paciente a quien había dado por muerta según el acta N.° 28.881, entregado a los familiares a las 12:20 del día sábado 11 de abril.

El caso ya fue remitido al Ministerio Público. que tendrá la tarea de investigar lo que sucedió y ver la responsabilidad del médico de guardia de la clínica.