El futbolista Luis Closa habló de lo que fue su paso por el fútbol de Singapur, la decepción que sufrió en el ascenso de nuestro país y muchas cosas más.

• POR JORGE IZQUIERDO

La vida da tantas vueltas y ni qué decir en la carrera de los peloteros profesionales. Que te lo cuente el propio Luis Closa (36 años), quien además de jugar en nuestro país lo supo hacer en Argentina, Colombia, Bolivia y en el exótico y lejano país de Singapur, ubicado en el continente asiático.

Luis charló con Crónica y rememoró lo que para él significó como una experiencia “realmente inolvidable”. Atendé porque: “Singapur es un país en el que uno daría lo que fuese por irse a vivir. Estamos a años luz de lo que es. Una cosa que resalto de ahí es el respeto que se tienen todos. No hay gente puteando, nada de desorden, es un país de primer mundo. No hay policías por las calles porque todo se maneja con las cámaras de seguridad. Se vive bastante bien”, expresó el jugador.

En los países asiáticos cocinan cosas raras, sobre ese punto, Luis dijo que “en Singapur no vi nada extraño, pero fuimos a hacer la pretemporada en Camboya y se vendía asadito, de todo (risas). No me animé a comer serpientes. Llegué a probar cangrejos, pero víboras ya no. Se vendía en ese país”, agregó.

¿Por qué no te quedaste más tiempo?

“Mi papá estaba enfermo (fallecido) y decidí venir a Sudamérica para estar más cerca de él. Vine a Bolivia y fue una de las peores cosas que hice (más adelante cuenta sus razones). Yo firmé por un año y medio con la gente de Tampines Rovers (Singapur), pero a los 6 meses les expliqué mi situación y entendieron que debía rescindir mi contrato. En ese momento descubrí que en el fútbol también hay gente muy buena. Lejos de reprochar mi decisión, me apoyaron y me pagaron todos los meses que quedaban de mi contrato, eso no pasa en todos lados”, culminó Closa.

FÚTBOL DE SALÓN. Luis también le metió al fútbol sala, jugó en las ciudades de Villeta y Paraguarí, en el clasificatorio para el Campeonato Nacional en esta disciplina.

4 ESTADIOS, Eligió “Lucho”: el “Atanasio Girardot”, de Medellín, el Pacaembú de Brasil, el Nacional de Singapur y el estadio “Único” de La Plata.

Cercano al retiro, ya piensa en lo que le gustaría hacer después

A sus 36 años, Luis ya empieza a definir el tramo final de su carrera, o quizás ya el inicio de otra faceta: la de entrenador de fútbol. “Si ya no tengo una buena oferta ya no voy a jugar más. Creo que ya estoy como para retirarme. Este año, cuando pase esta situación del coronavirus quiero empezar a estudiar para ser DT. También me gusta la parte de representación de jugadores. Ahora mismo nos cuidamos todos y tratamos de aguantar esta cuarentena. No nos queda de otra, tener fe en que todo pueda mejorar más adelante y ojalá sea muy pronto porque hay mucha gente que la está pasando muy mal”, agregó nuestro entrevistado.

“Con mi señora, tenemos un negocio familiar, ella es nutricionista y estamos con el tema de comidas orgánicas”, sintetizó Luis.

“El mal manejo en el 3 de Noviembre me hizo correr”

Closa también nos explicó la gran decepción que sufrió el año pasado. “Mi idea era retirarme en el 3 de Noviembre (Primera B Metropolitana). Soy fanático de ahí, quería cerrar mi carrera porque ahí empecé a jugar en la escuela de fútbol. Vine el año pasado. Jugué unos 7 partidos y me fui. El mal manejo del 3 de Noviembre me hizo correr.

No se puede tener así a un club, hay gente que no debe estar ahí. Se cobró la plata por Miguel Almirón, de su venta de Lanús a Atlanta y se levantó un galponcito para el gimnasio con equipos de segunda mano. Eso es una vergüenza. No pelean para ascender de categoría, se mantienen nomás ahí de acuerdo a como les convenga”, disparó tajantemente el expelotero de Rubio Ñu.

La anécdota con “Chiqui” y su paso por San José Oruro

Se prestó a todo nuestro protagonista. Al recordar una anécdota que posteriormente le sirvió, Luis Closa nos confesó que “el que me llevó a Rubio Ñu fue ‘Chiqui’ Arce, con él estuve en el 12 de Octubre y ahí vio cualidades en mí. Una vez recuerdo que llegué un poco tarde al entrenamiento en Rubio Ñu. Llegué tres minutos tarde. ‘Chiqui’ me dijo que él venía de Paraguarí y que yo no podía llegar tarde. Me mandó una semana con la Sub 20. Nunca más llegué tarde después, eso me sirvió en los demás equipos”.

De su paso por el San José Oruro de Bolivia dijo, “estuve unos 6 meses ahí. La pasé mal. Primero me costaba la altura. Debuté bien, hice un golazo, pero después tuvimos problemas con el DT y la directiva. El presidente se borró y no nos pagó. Tuve que demandar y llegar a un arreglo para cobrar. Después ya vine nomás ya”, redondeó.

Piris, el duro y Román el que era el distinto

la hora de recordar a un defensor bastante duro y un referente en el puesto, Luis también tuvo a sus elegidos: “Iván Piris era un marcador demasiado fuerte, te comía las piernas, era casi imposible pasarlo así nada más. Lo enfrenté cuando él jugaba por Cerro. De entre mis referentes, siempre me decanto por Juan Román Riquelme, era el que tenía talento en los pies. Fue el verdadero y último 10 que vio el fútbol sudamericano. Hoy en día ya no aparecen jugadores de ese estilo. Yo trataba de copiar algunas cosas de él”, cerró Luis.

Los equipos de “Lucho”

Arrancó en la escuela de fútbol del 3 de Noviembre, luego pasó a las Inferiores de Libertad.

Fue a préstamo y debutó en la Primera del 12 de Octubre de Itauguá. Fue a Martín Ledesma y de ahí a Rubio Ñu. Partió a Tolima y retornó a Trinidad. Fue un rato al Sarmiento de Argentina y volvió a Ledesma, luego San Lorenzo.

Posteriormente Tampines Rovers de Singapur y San José de Bolivia. Resistencia, General Caballero, Liberación, Sudamérica de Paraguarí y 3 de Noviembre, sus últimos equipos.