Uno de los rubros que avei se vieron afectados por la cuarentena es el de los asaditos. Cientos de puestos ubicados al costado de las calles principales, avenidas o esquinas de barrios, tuvieron que cerrar ante el protocolo de seguridad implementado por el Gobierno.

Sin embargo, tras los más de cuarenta días de aislamiento, muchos se vieron en la necesidad de reabrir sus locales para seguir comiendo.

Don Rutilio Ayala tiene 63 años y vive en la ciudad de Capiatá. Desde hace 23 años que se dedica a la venta de los asaditos sobre la Ruta 2 “Mcal. Estigarribia”.

Pese a haber cumplido con las medidas de seguridad contó a Crónica que ya empezaba a pasar necesidad, por lo cual se vio en la obligación de volver a su laburo de siempre.

“Traté de cumplir con la cuarentena en la medida que podía. Desde el viernes empecé a ir otra vez porque ya terminó el ahorro. Pusimos carteles para que nuestros clientes puedan cuidarse. Nosotros también tratamos de cumplir con todo”, dijo a Crónica el trabajador.

Aseguró que muchos clientes volvieron con todo debido a que ya extrañaban su rico asadito capiateño.

“Solo hacemos para que la gente lleve. Le dejamos en claro que no pueden quedarse y todos cumplen. Me esperaron y eso es lo más importante, son muy fieles”, le bajó el karai. Contó que tanto él como su hijo, quien le ayuda en el pequeño negocio, siguen estrictamente las recomendaciones del Ministerio de Salud.

AHORRO. Don Rutilio aseguró a Crónica que gracias a la venta de asaditos pudo lograr muchas cosas, entre ellas criar a todos sus hijos. Señaló avei que pudo tener un poco de ahorro para aguantar la cuarentena sanitaria.

Sus clientes se preocupaban por él durante la cuarentena ndajeko

Don Rutilio aseguró que está muy contento porque, pese a que estuvo sin laburar mucho tiempo, sus clientes volvieron junto a él.

“Ellos son muy fieles. Cuando estaba sin trabajar hasta se preocupaban por mí. Me llamaban para saber si estábamos bien de salud. No puedo pedir más”, dijo emocionado el karai.

Contó que todos tienen en cuenta avei las indicaciones que ellos les dan debido a que no quieren que se quede jey en su casa.

“Ellos cumplen porque así únicamente puedo seguir trabajando”, aseguró el capo.