Freyres contó su historia futbolera y la energía especial que le transmitía un ser querido dentro del campo de juego

• Por Arturo Rojas

Puntero por derecha, delantero o defensa. El tipo quería jugar nomás. Tova’atã es un adjetivo que lo describe perfectamente. Hablamos de Julio Freyres (40), sí, aquel velocista que supo deslumbrar en Sol de América en su momento, pero que no explotó del todo por diversos motivos.

En entrevista con Crónica, el “Chupete” recordó su mejor momento y también lo que lo dejó descolocado para seguir chutando.

“Puedo decir que a los 28 años aproximadamente dejé de jugar en la Primera, estuve después jugando por el interior, pero ya no fue lo mismo”,recordaba.

¿Qué pasó? “Papá falleció y se fue la motivación, ya no tenía más ganas de jugar, sí lo hacía porque tenía familia que mantener y eso, pero faltaba alguien que me grite en la cancha, y él me motivaba siempre con su estilo único” dijo, rememorando a don Luis Freyres.

¿Cuál era ese estilo? Ndi, ni se van a imaginar. “Yo jugaba desde chico, y por caradura me fui a probar en Sol en las Inferiores con algunos amigos. Él no quería que juegue, ‘mañamína la nepinta-re, estudiá mba’e, me solía decir porque soy muy bajito, pero yo le dije e hicimos una apuesta que iba a llegar a la Primera”, expresó.

Y así fue… Julio llegó a la División de Honor con 17 años. Pero tuvo que bancarse a su papá y su peculiar acompañamiento.

“Cuando llegué a las Inferiores recién, él se fue a verme en cancha, me retaba todo el partido, le decía al técnico: ‘Eguenohêpy pe inútil-pe’ y eso me motivaba a mí, me daba rabia porque yo tenía que jugar mejor”, comentó el “Chupete”.

Freyres recuerda con mucho cariño su relación con su padre, su “DT” aparte fuera de la cancha.

“Si metía tres goles, me cuestionaba porque no metía 4, jajaja era un personaje, pero me ayudó a motivarme eso, después que él se fue ya nada fue igual para mí, me faltaba algo”, finalizó Freyres, futbolista formado “a base de jeja’o”

“A mis hijos les tengo hílore, nada de salir nomás”, he’i

Como buen futbolista, Julio Freyres t iene herenc ia bien pelotera también. Tiene tres hijos, y todos son promesas de llegar lejos en el deporte rey. Pero así también, el exjugador contó que les tiene hílore a los muchachos.

“Uno tiene 11, el otro 13 y el más grande 15 y, como sabemos, están en una edad complicada, hay que seguirles constantemente. Yo les digo luego que tienen que ser mejores que yo, que no cometan los errores que yo cometí”, he’i.

Julio contó que sus hijos se muestran muy ilusionados con llegar lejos.

“A mis hijos les tengo hílore, nada de salir nomás a un cumpleaños un día antes de un partido o que, soy muy a la antigua”, le bajó. Julio contó que sus hijos se muestran muy ilusionados con llegar lejos.

“A mis hijos les tengo hilo re, nada de salir nomás a un cumpleaños un día antes de un partido o que, soy muy a la antigua” le bajó.

Firmó por un club, pero no sabía que era en el interior

Ya que no tenía muchas oportunidades en la capital, gracias a los amigos Julio Freyres fue a probar suerte en el interior, y en una de esas casi viajó con una botinera nomás a su nuevo destino.

“Un amigo me dijo que un dirigente de un club iba a pasar por mi casa para acordar detalles, llegó, firmamos, y cuando nos íbamos a ir, me dijo: ‘Prepará nomás ya tus cosas para viajar’ y ahí me di cuenta que firmé por Choré Central, que es allai te”, contó entre risas.

De su experiencia en el fútbol del interior, aprendió mucho he’i.

“Es otra cosa, la gente te trata muy bien, siempre se acuerdan de mí, eso no tiene precio”, comentó

Terminá el colegio o chau fútbol

Ju l i o F r e y r e s contó mucha s curiosidades que tuvo con su padre en la juventud. Don Luis no quería que sea futbolista, prefería un hijo estudiante, mientras que “Chupete” solo tenía pelota en la mente.

“Le dije a mi papá que íbamos a hacer un trato, que yo iba a terminar el colegio, pero que me deje ir a las prácticas. Y así fue, él me controlaba en el colegio y yo me dedicaba de lleno al fútbol, logré llegar a Primera con 17 años, cosa que no se da siempre y más en esa época”, comentó.

No le molesta para nada su apodo, contó

E l “C h u p e t e ” Freyres, apodo que le puso el conocido relator Julio González Cabello, lo tiene bien guardado hasta ahora el exjugador.

“Primero me decían el ‘Niño’, después cambiaron por el ‘Chupete’ y la verdad que nunca me molestó; es más, me ayudó sí que porque gracias a eso me conocían más, no era jugador de Olimpia ni de Cerro, pero gracias a eso ja’e chupe me ubicaba la gente”, comentó.

Cuenta Julio que hasta ahora la muchachada lo ubica así por el barrio o por alguna cancha

El día que le frustraron una transferencia

J u l i o F r e y r e s cuenta que tuvo su momento para irse del elenco danzarín, por seis meses, a un club curepa.

En ese entonces, la platita que iba a recibir ashá era muy importante, pero los capos solenses le trancaron.

“Les pedí por favor que me dejen ir, yo solamente quería jugar seis meses allá para poder ganar buena plata. Era una suma que no iba a ganar en Sol ni en diez años”, dijo el exjugador.

Después, Julio contó lo que llegó a ganar en esa época.

“En todo el tiempo que estuve en Sol, lo má x imo que ga né f ue de 1.300.000, estando en Primera llegué a ganar 200.000 mensual, no es nada eso comparado con ahora”, finalizó.

CARRERA

Julio Freyres debutó en la Primera de Sol de América en 1997, luego de pasar por la escuela de fútbol e Inferiores del Danzarín.

OTROS

Jugó también en Fernando de la Mora, Pettirossi, 3 de Febrero, Cristóbal Colón (Ñemby), Santaní, Choré Central, Mariscal López (Santaní).