Sin duda alguna este será un Día de la Madre muy, pero muy diferente para Virginia González Morales (36) y no solamente porque la pandemia nos mantiene aislados a todos, sino porque ella “volvió a respirar” y siente que tiene una nueva vida. Al menos es lo que manifestó a Crónica, luego de que haya librado una de sus más grandes batallas: “Vencí al Covid-19”, dijo con una voz de alivio y esperanza.

“Voy a celebrar un Día de la Madre muy diferente, pero lo importante es que lo voy a celebrar. Dios me dio una oportunidad de vida y gracias al esfuerzo de los médicos también hoy puedo contar que estoy curada”, relató la madre de una jovencita de 15 años.

“En lo primero que pensé fue en mi hija”, dijo con voz emocionada y entrecortada.

Virginia está también próxima a celebrar su cumpleaños número 37, el 21 de mayo. “Es una mezcla de emociones, porque hace un poco más de un mes pensé que me iba a morir, pero ahora estoy a días de festejar un nuevo cumpleaños”, aseguró.

Ella es la cuarta paciente confirmada de Covid-19 y la segunda recuperada. Contó que fue al hospital de Mariano Roque Alonso (vive a una cuadra de ahí) a consultar por una fiebre. “Me dijeron que era dengue, pero el diagnóstico cambió cuando llegué al hospital para un nuevo control, ya con dificultad para respirar”, explicó.

Ahí mismo ella fue internada a la espera de sus resultados que luego fueron positivos y la trasladaron al Ineram.

Hasta ahora es paciente sin nexo. Trabaja en un bar frente al hospital de Mariano y cree que pudo haber sido con los clientes el contagio.

SIN CONTAGIO. Virginia afortunadamente no le contagio a su marido ni a sus compas de laburo que son 15. Su hija estaba en ese momento en el interior del país y por eso no hubo posibilidad de contagio.

FAMILIA. Su mamá lloraba cada vez que hablaba con ella y estaba re-pendiente de su situación. Su única familia durante todo ese tiempo fueron los doctores que la atendieron.

“Intenté sacarme el respirador por un ataque de pánico”, he’i

El día a día en el hospital internada no fue nada fácil para Virginia. Los ataques de pánico no la dejaban al principio. “Me asustaba mucho porque no había mucha información al respecto, era todo muy nuevo. Tuve un ataque de pánico en el que intenté sacarme el respirador y todo. La doctora en ese momento me dijo ‘tranqui la Virginia, ya estás con nosotros, vas a estar bien’ y ahí me tranquilice”, recordó.

Todos los pacientes internados están en una sala especial, pero separados por habitaciones diferentes. “Yo estaba sola y era muy triste porque nadie podía acompañarme. Tenía que ducharme sin ayuda y sin el respirador era muy difícil”, dijo.

“Yo sentía que volvía a nacer”

Sin duda alguna el acompañamiento virtual de sus familiares y la contención que le daban los médicos fue fundamental para que pueda superar la enfermedad. Llegó un momento en que ya empezaba a sentirse mejor y los doctores empezaban a retirarle el respirador. “Cuando iba aguantando más tiempo sin respirador ahí yo sentía que volvía a nacer”, expresó. Cuando le dieron el alta la felicidad era inmensa. Su marido la esperó en la puerta de su casa y la recibió con una sonrisa de oreja a oreja.