Marcelo Kramer, compatriota que viaja por el mundo como acróbata de un circo extranjero, lucha por sobrevivir junto con su esposa en Paraguay.

El mundo se paralizó hace más de dos meses cuando la pandemia del coronavirus inició, y una de las primeras actividades en cerrar sus carpas fueron los circos de todo el mundo.

El circo “Tihany Espectacular”, que años atrás se había instalado en el Jockey Club llegado de lugares como Las Vegas y maravillando a cientos de paraguayos, tenía en sus filas a un compatriota.

Marcelo Kramer, acróbata de profesión, tuvo que regresar al país hace más de 10 semanas para iniciar la cuarentena.

Su circo cerró y ya que se encontraba cerca, junto con su esposa rusa, Kristina Kastravet, emprendieron vuelo a Paraguay donde hasta hoy día se encuentran luchando por sobrevivir.

Crónica charló Marcelo, quien, desde su arribo, decidió no ir hasta su natal Paraguarí donde tiene a toda su familia, para no ponerlos en peligro.

– ¿Hace cuánto llegaron al país?

– Y hace como 10 semanas que arribamos al país, de Franca, una ciudad pequeña del Brasil en donde nos encontrábamos trabajando con el circo, que se cerró por la pandemia. Días después se cerró el país y por suerte ya nos encontrábamos en mi casa en Capiatá, buscando cuidar a la familia que tengo en Paraguarí.

– ¿Decidiste aislarte de la familia?

– Sí, mi familia está en Paraguarí, también todos parados con el circo ya que todos se dedican a ello acá en Paraguay. Nos quedamos con mi esposa en casa, muy raros porque estando dentro del país todavía nos sentimos lejos. No salimos ni quiera a la esquina.

– ¿Tu esposa no es paraguaya?

– Ella es rusa y no tuvo problema en venir conmigo. 18 años que trabajo fuera del país, pero vengo siempre, cada año y cada vez que puedo.

– Seguramente preocupada por su familia en su país..

– Superpreocupada porque allá en Rusia también está complicada la cosa, pero a la vez está feliz acá, le gusta mucho Paraguay. Cuando estuvimos trabajando con “Tihany” aproveché y le mostré todos los lugares y comidas típicas. Quedó encantada y hasta nos casamos aquí.

– ¿Mantienen contacto con la gente del circo en el que trabajan?

– Estamos en contacto con compañeros siempre, pero solo eso, la empresa en sí ya se cerró y quién sabe hasta cuándo. Pero nuestra preocupación ahora está más enfocada en Paraguay, en sobrevivir.

– ¿Están pudiendo sobrellevar la cuarentena sin trabajar en lo suyo?

– Y estamos sobreviviendo con nuestro bolsillo, no se nos está siendo fácil, porque dependemos de nuestro trabajo y no sabemos cuándo vamos a retomar. Todos los circos de alrededor del mundo están parados y lo más seguro es que seremos el último rubro en reabrir.

– ¿No reciben ayuda de ninguna entidad?

– Y no tenemos ningún respaldo del Gobierno, ninguna ayuda, y hablo en general por todos los artistas de circo y el entretenimiento que somos más de 100 personas en Paraguay. Somos un rubro muy descuidado por el Gobierno, con muy poco apoyo. Nosotros hacemos arte y el arte es cultura, en otros países el circo es apoyado por una secretaría de cultura.

– ¿Practican para no mantener el ritmo?

– Sí. Por suerte tengo en casa unos árboles de mango y los usamos para colgar los aparatos. Gran privilegio de los paraguayos. En otros países nadie tiene una planta de mango en su casa. Eso nos facilita muchísimo.

LO DIJO

“No tenemos ningún respaldo del Gobierno, ninguna ayuda, y hablo en general por todos los artistas de circo”

“Alguna cosa haremos, saldremos a vender, trabajaremos en lo que sea, hasta que podamos regresar a lo nuestro”

Marcelo Kramer

Acróbata de circo

“No le tenemos miedo al trabajo”

Debido a que no hay trabajo, la pareja está viendo la posibilidad de dedicarse momentáneamente a otra cosa.

“Por lo general la gente de circo somos muy adaptables y estamos acostumbrados a momentos difíciles, así que, no le tenemos miedo al trabajo” dijo Marcelo, quien comentó que alguna cosa van a hacer. “Saldremos a vender, trabajaremos en lo que sea, hasta que podamos regresar a lo nuestro. Y seguiremos entrenando todos los días porque necesitamos estar en ritmo y en forma para poder regresar al trabajo cuando se pueda”.

Marcelo y su esposa, Kristina, en algún lugar del mundo viajando con el circo.