Recorrer las calles de su natal Santa Rosa de Lima en una bicicleta jamás hubieran llevado a pensar a cualquiera que esas pedaleadas algún día podrían llegar a una graduación en Estados Unidos, o a permitirle viajar por países simplemente icónicos como Suiza, en Europa, o Panamá, en el arranque de América Central.

Pero el “no vas a poder” no es algo que figure en ninguno de los diccionarios que usa Alba Rocío Loureiro. Y conste que ella habla nada menos que cinco idiomas. Por eso, que una de sus máximas metas hoy esté plasmada en un diploma no debería llamar la atención a nadie. “Un sueño gigante se hace realidad! Oficialmente, me graduaré de Smith College con una licenciatura en Economía y Ciencias Políticas. Más allá de cuatro años de estudio, este logro representa un camino de lucha incansable con el apoyo incondicional de mi familia de sangre, y aquellos de vida”, dice la joven Alba en un posteo que realizó en redes sociales donde da a conocer su historia.

“Recuerdo que a los 10 años cuando vendía jabón casero en bicicleta soñaba con empoderar a niñas y a mujeres a realizarse personal y financieramente para romper el ciclo de pobreza en el que viven. Al aferrarme a este sueño, logré romper el ciclo en el que mi familia se encontraba y convertirme en la primera en obtener un título universitario”, escribió cargada de orgullo, dejando en claro que esa frase de “quien quiere, puede” no es solo un dicho. Hoy celebra un título universitario de una prestigiosa institución educativa yanqui, el Smith College del estado de Massachusetts.

Habla cinco idiomas y recorrió continentes

El esfuerzo de Alba no solo se vio reflejado en obtener un título universitario, sino que además la llevó a recorrer varios países y aprender varios idiomas.

A más del castellano y el guaraní, propios de nuestra tierra, el estudiar en Estados Unidos obviamente le permitió hablar inglés. Sumó el francés, muy utilizado en Suiza, país al que viajó, y también, como ella misma aclara, “perfeccionó” su portugués. Además, cuenta, “viajé a 14 nuevos países y emprendí mi primer viaje de mochilera con Pascal”.

Dedicado a su mamá, y también a esas metas que de niña ya tuvo

“Mamá Gabriela, esta celebración es un homenaje a todo el esfuerzo que has hecho para apoyarme, inclusive cuando mis metas se veían imposibles”, escribió Alba, destacando el gran esfuerzo que su familia hizo detrás de ella.

En el resumen que hizo de “los últimos cuatro años”, he’i que “trabajé para Plan Internacional en las Naciones Unidas abogando por el empoderamiento económico de niñas y mujeres, y para amigos, liderando proyectos de desarrollo comunitario en Panamá. Realicé mis primeras investigaciones enfocadas al tráfico de niñas y al matrimonio infantil”.

Finalmente, menciona que “durante esta aventura he conocido a tanta gente maravillosa que me inspira, apoya y a quienes considero familia! A ustedes gracias por el cariño de siempre”.