Mientras las ansias y la emoción la carcomían por dentro, Natalia Noemí Cáceres Acosta (20) seguía esperando, en la comodidad de su casa ante la cuarentena sanitaria por el covid-19, el momento más feliz de su vida: poder verle la carita a su hijo.

Al estar a punto de cumplir los 9 meses, solo le restaba aguardar hasta el preciso instante en que el bebé quiera ya conocer el mundo. Sin embargo, lo que no esperaba ni ella ni su madre María Acosta (59) es que en la tarde del martes el niño se iba a adelantar todo y ni siquiera les iba a dar tiempo de llegar hasta un hospital.

“Cuando el la empezó con sus contracciones me desesperé, no sabía qué hacer. Llamamos a los bomberos, pero antes de que ellos vengan mi nieto ya nació. Yo le tuve que ayudar a mi hija. Nació en mis brazos”, dijo la mujer aún emocionada a Crónica.

Entre desesperación y preocupación llegó la felicidad a la vida de esta chocha abuela debido a que prácticamente fue la que trajo al mundo a su nietito, una experiencia que asegura ella nunca podrá olvidar.

“Ahora los dos están bien. Para nosotros él es una gran bendición en medio de todo lo que está pasando ahora con esta enfermedad. Ahí nos damos cuenta que Dios nos está mirando”, dijo avei emocionada la abuela.

Explicó que el trabajo de parto salió todo bien gracias a la predisposición de su hija, quien no dudó ni un segundo en hacer todo el esfuerzo para que su bebé pueda salir sin inconvenientes.

“Mi hija y mi nieto son muy guapos y fuertes. Gracias a ellos manejamos muy bien la situación”, le bajó avei doña María.

PROTOCOLO HETA. La voluntaria he’i que ahora tardan unos minutos mientras se preparan debido a que tienen un protocolo que seguir, lo cual aumentó con la llegada del coronavirus en nuestro país. “Tenemos que respetar eso para no exponernos”, dijo.

A SU CASITA HOY. Doña María, feliz desde el hospital, contó que después de toda la desesperación que les tocó vivir ahora ya vieron la tranquilidad debido a que su hija y su nieto están superbién. Añadió que en la mañana de hoy ya podrán volver a su casita.

3,220 KILOGRAMOS. Pesó el nietito de doña María, quien le recibió con sus brazos abiertos en medio del parto.

Voluntarios ya se encontraron con el bebé fuera de la panza

Natalia y su madre –doña María— viven en el barrio María Auxiliadora de la ciudad de San Antonio.

Ambas pensaron que el bebe’i iba a aguantar hasta que lleguen los bomberos, pero había sido no había caso, ya quería nacer.

“Primero llamamos a los bomberos. Después de que ya nació mi nieto llamamos a la comisaría para que puedan ayudarnos. Estábamos demasiado desesperadas las dos”, dijo ña María respecto al momento que les tocó vivir.

Las dos se sintieron avei muy emocionadas por lo que les tocó vivir. Por su parte, la voluntaria Silvina López he’i que cuando llegaron ya se encontraron con el bebé afuera y procedieron a verificar si respiraba el bebé y avei vieron sus signos vitales.

Ambulancia se llenó de emoción con traslado

Silvina aseguró que es el tercer caso de nacimientos que le tocó vivir durante sus servicios en el cuartel. Explicó que recibieron, primeramente, la llamada de doña María para que puedan trasladar a su hija al hospital.

“Mientras nos estábamos preparando para ir, recibimos otra llamada de la comisaría en donde nos decían que el bebé ya nació y que necesitaban trasladarse urgentemente al hospital. Fue todo muy rápido”, dijo la voluntaria.

Silvina aseguró que ante el encierro por la pandemia del coronavirus, este tipo de casos son más comunes y ya les tocó asistir a varios.

“El tema es que la gente prefiere quedarse en su casa por la disposición, entonces muchas veces ya no tienen tiempo para irse hasta un hospital. Nosotros también estamos muy emocionados por lo que nos tocó vivir. Este tipo de casos es una bendición para todos”, expresó contenta la voluntaria. Contó que durante todo el traslado la ambulancia se llenó de pura emoción debido a que se encargaron avei de subirle “upalala” al recién nacido.