El pa’i da su sermón, la pareja dice sus votos e intercambia los anillos. Los invitados (los pocos que estarán) gritarán “¡Vivan los novios!”. Esa será la escena que en la segunda fase de la cuarentena, que arranca el lunes, se vivirá nuevamente y será a full voi.

Y es que ni bien se anunció que las celebraciones de matrimonios delante de Kirito volverían, el rollo llama a las parroquias para “guardar” un lugar lo antes posible.

“Sí, hay mucho agendamiento. Cada parroquia maneja eso. Algunos ya se adelantaron a colocar lavamanos, ya tienen su equipo de liturgia en la secretaría para anotaciones”, dijo monseñor Amancio Benítez, secretario general de la Conferencia Episcopal Paraguaya.

– Monseñor, es sabido que oficiar un casamiento tiene sus presupuestos para las parejas, incluida la ceremonia religiosa. Al respecto, y sabiendo la situación económica que viven muchos, ¿se podría dar alguna rebaja por parte de las parroquias en los costos?

– Se puede dar. Eso ya depende de cada párroco y la situación de cada parroquia. Si el párroco quiere bajar un 20, 30 por ciento, o lo que quiera.

– Y si alguna pareja perdió sus ingresos al quedarse sin trabajo en esta cuarentena y quiere casarse, ¿qué pasa con ellos?

– La mayoría de los párrocos conoce a sus fieles, y si la pareja no puede (pagar) está en el Derecho Canónico que a nadie se le puede privar de los sacramentos por causa económica, eso es clarísimo y lo saben todos los párrocos. Se le debe realizar incluso sin ningún guaraní. Si una pareja necesitada, que perdió su trabajo, no tiene ingreso y quieren vivir cristianamente, el párroco sabrá su situación y seguro que se le va a realizar el casamiento. Cualquier cosa acude y consultan a los obispos.

MAÑANA. Para mañana viernes se espera el anuncio oficial y el documento firmado por el Gobierno del acuerdo en que se llegó con la Iglesia.

“Sinceros con los sacerdotes”

En este sentido hay que ser sinceros con el sacerdote, porque sabemos que en estos momentos las parroquias tampoco tienen ingresos y tienen gastos de mantenimiento: luz, agua, secretaria, limpieza, ahora personal para desinfectar el lugar, ubicar lavamanos. Se trata de una ayuda mutua”, dijo monseñor Benítez.

A la consulta si la pandemia ocasionó en muchos dar ese paso hacia el altar comentó que “seguramente impulsó a muchos. Siempre Dios nos habla en la conciencia y nos dice que estamos en falta y es ahí que queremos estar en línea y en comunión con Él”, dijo.

Dos horas de diferencia como mínimo entre cada celebración

Matrimonios, bautismos y confesiones son los actos religiosos que se podrían realizar durante la fase 2 de la cuarentena inteligente. Al respecto, monseñor Benítez explicó que lo fundamental es que se respeten las medidas sanitarias.

“El costo y horario (bautismos y casorios) depende del cura párroco. Lo que sí es en forma general lo de respetar todos los protocolos de bioseguridad del Ministerio de Salud, no aglomerarse, no estar más de 10 personas. Esa es la regla general”, agregó.

“Se va a tener en cuenta también que entre cada bautismo y casamiento haya como mínimo 2 horas de diferencia para desinfectar el lugar. No es que se va a formar fila y que va a ser uno tras otro, no”, finalizó.