Sin lugar a dudas hay historias que impactan, y definitivamente la del pastor Vicente Meza (43) es una de ellas. ¿Quién se imaginaría que detrás de un seguidor de Kirito como él encontraríamos a un hombre que asesinó a otro? Pues justamente fue ese hecho el que hizo que él hoy día predique a muchos para la “salvación de su alma”.

Meza es pastor de la iglesia “Más que vencedores”, de Asu, hace ya varios años y en varias ocasiones ya relató su testimonio para los fieles. “No es algo que me enorgullece contar, pero yo ya me perdoné a mí mismo, por eso no tengo miedo para hablar de eso”, dijo.

La vida que llevaba era relativamente buena. Viene de una buena familia, pero lamentablemente los malos pasos llegaron a su vida muy joven.

Empezó a meterse en el tema de las barras bravas y cayó en las drogas. “Ese lamentable suceso (el asesinato de un joven) ocurrió en una riña de barras bravas.

Creo que era un momento en el que incluso se podría decir que mi vida estaba siendo manejada por el demonio”, afirmó.

Un pastor lo visitó en la cárcel y plantó en él la “semilla de amor” de Jesús, he’i. Pasó el tiempo y una Biblia se había convertido en su fiel compañera todos los días en la cárcel, hasta que decidió que ya no se apartaría de Dios nunca más.

PRESENTES. Una de las cosas que nunca olvidará es que su familia siempre estuvo allí para llevarle un plato de comida, afecto y le animaban a acercarse a Dios, según relató.

Quiere pedir perdón a la mamá he’i

El pastor Vicente cuenta que ya se perdonó él mismo por lo que hizo y por supuesto le pidió perdón a Kirito, pero nunca pudo acercarse a la mamá del joven al que le cerró los ojos para siempre de un disparo. “Me gustaría realmente acercarme a la mamá, poder hablar con ella si me lo permite, yo quiero ped irle perdón”, expresó.

He’i que los cuatro años que estuvo en la cárcel no fueron fáciles. Tuvo que aprender a sobrevivir entre gente drogadicta y peligrosa cuando él ya había dejado todo aquello.

Su primera hija  llegó cuando él seguía preso

En una de las celdas privadas de la cárcel fue donde su esposa y hasta ahora fiel compañera de vida concibió a su primera hija, que ahora tiene ya 20 años (tiene otra de 10 años). Cuando salió de ahí fue probando suerte con varias iglesias, incluso fue a las católicas, porque viene de familia católica, pero finalmente encontró su lugar en una iglesia evangélica, donde no es el pastor principal pero es uno de los predicadores. “La verdad, cuando conocí a Jesús volví a nacer, era como un recién nacido que llegó nuevamente al mundo”, explicó. “Mi mamá también asiste a la iglesia luego de ser católica. Mi papá no, casi fue diácono incluso (risas) pero siempre está en primera fila cuando va a ver mis prédicas”, finalizó.