David sufrió muchas penurias a pesar de haber arriesgado su vida por el uniforme y hasta le dijeron “tavyron” por pedir el subsidio que le corresponde

David Cabral es el integrante del Grupo Lince que en enero pasado fue herido de gravedad por unos delincuentes que iban en un auto robado.

Uno de ellos le disparó y la bala quedó a centímetros de su corazón, poniendo en riesgo su vida y también su carrera policial.

A pesar de que casi murió en servicio, el día en que salió del quirófano en el Hospital de Policía ya le vaticinaban que la vuelta a las filas no iba a ser sencilla, debido a su condición (la bala quedó en su pecho). Pero jamás le pasó por la cabeza que la propia institución a la cual sirvió con honor le iba dar la espalda, según relató a Crónica el agente que vende asaditos para solventar su tratamiento y mantener a su familia.

Los descuentos salariales mensuales siguieron y le dejaban solo unos 400 mil guaraníes en el bolsillo. Al principio recibió la asistencia de la Policía pero luego esta ayuda comenzó a generar molestias. David destaca la ayuda de sus camaradas. “Ellos siempre me traen algún aporte producto de la famosa vaquita”, señaló.

“Yo estoy decepcionado de algunas cosas, sinceramente ya no sé qué hacer. Ahora tengo que vender asaditos para costear mi cirugía, a pesar de que cada mes se me descuenta el seguro médico. Fui varias veces al Hospital de la Policía pero no siempre tienen insumos, incluso en ocasiones fui maltratado por reclamar”, contó David.

“Ellos premian a policías que balean a niños, a los ‘gatillo fácil’, brindándoles toda la asistencia de la institución, y olvidan a los leales. A quienes combatimos el crimen nos dejan tirados. Incluso me han criticado mi supuesta deslealtad a la institución por el simple hecho de reclamar lo que por ley me corresponde, hasta de tav yrón me trataron. Tuve que contratar un abogado para que me asista y hasta hoy no recibí ninguna respuesta favorable”, agregó.

Con mucho esfuerzo consiguió para operarse, pero en Trauma

El día de ayer, luego de mucho esfuerzo y gracias a la colaboración de amigos, familiares y camaradas, Cabral logró juntar algo de dinero para poder someterse a una intervención quirúrgica en el Hospital de Trauma.

“No puedo caminar, me falta el aire y el dolor que siento en la espalda es impresionante”, explicó Cabral en un audio que remitió al jefe del Grupo Lince.

El abogado del uniformado sabe que al hacerse público todo esto su defendido corre el riesgo de ser castigado, pero la situación por la cual está atravesando ahora su defendido es crítica, “sin recursos económicos, ya que él era el sostén de la casa,y la imposibilidad de realizar otra tarea que requiera esfuerzo físico le complica mucho más”, enfatizo Domínguez.

MÁS DATOS

LÁGRIMAS

En la entrevista a Crónica días después de haber sido herido, Cabral se había quebrado y con lágrimas había pedido que no lo saquen del Grupo Lince.

RECLAMO

En dicha ocasión ya había hablado sobre la precariedad en la que trabajan los policías y lo poco que recibían por la exposición al peligro a diario.