Alejandro Cano revivió lo que fue ese campeonato ganado por última vez por Sol de América en 1991

Por Jorge Izquierdo

Ya van a ser 29 años del últi­mo campeonato logrado por Sol de América en el fútbol paraguayo. La última vuel­ta que dio el cuadro danza­rín fue en diciembre de 1991, donde una de sus grandes figuras fue Alejandro Cano (mañana cumplirá 57 años), quien era apodado “Pam­perito” en nuestro medio, pero en Perú, cuando juga­ba para el Sporting Cristal, lo bautizaron con otro so­brenombre: “Chuck Norris paraguayo”.

“Me reía nomás cuando me llamaban ‘Chuck Norris’ en el Perú, era simpático, pero creo que en parte tenían ra­zón. Aunque creo que aho­ra de viejo le parezco más a ese actor. Nunca me molesté ni nada sobre los apodos que me ponían. Forman parte del folclore del fútbol. Lo tomaba con buena onda”, arrancó di­ciendo a Crónica el exatacan­te oriundo de Ypacaraí.

Alejandro hasta hoy día re­cuerda ese tanto que le mar­có al Ciclón y que significó la consagración para Sol: “Ese gol a Cerro fue inolvidable. Éramos un plantel muy uni­do, confiado en que podía­mos ganarle a los grandes. El estadio ‘Defensores’ estaba colmado. Un 80% eran todo cerristas y los poco que que­daban eran solo nuestros fa­miliares. Cuando hice el gol grité con el alma. Teníamos hambre de gloria, de salir ade­lante y logramos el campeo­nato porque le pusimos amor a la camiseta. Creo que eso es lo que le falta a Sol de Améri­ca para volver a ser campeón, ponerle más actitud y amor a la casaca”, siguió contándo­nos nuestro entrevistado.

“Ojalá que Sol pueda ser nuevamente campeón y cor­tarle la hegemonía a los gran­des equipos”, puntualizó •

La pandemia le afectó mucho y busca trabajar en lo que sea

“Antes no ganá­bamos la plata que hoy se paga en el fútbol. Era salir a ga­nar los partidos para co­brar ese premio por victo­ria. Los sueldos no nos al­canzaban. Ahora con esta pandemia ivai la porte. Yo trabajaba en una empre­sa de colchones, pero sa­lí y ya van a ser dos años ya de eso. Quiero trabajar de vuelta, necesito hacerlo para darle una ayudita a mi familia. Ojalá alguien me llame para al menos alguna changa”, le bajó Alejandro, que nos co­mentó acerca de las nece­sidades que tiene.

“Estaba dirigiendo a equi­pos juveniles de la Liga de acá, también entrenaba para los de fútbol de salón y cobraba mi plata, pero con toda esta situación se paró todo. Estamos expectan­tes, ojalá todo pueda mejo­rar muy pronto”, finalizó el “Pamperito”. ­

Atendé ¿quiénes son sus amigos?

Cuando Alejandro jugó para el Spor­t ing Cristal de Perú (1992) estuvo en un equipo donde nacieron figuras de talla mundial: Nolberto Solano y Rober­to “Chorri” Palacios, entre ellos. “Estuve en un plan­tel de jugadores increí­bles. Hasta hoy día man­tengo esa buena relación con ‘Ñol’ Solano y el ‘Cho­rri’. Siempre que venían a jugar algún partido acá en Paraguay me iba a visi­tarlos en el hotel donde se quedaban. Me regalaban camisetas, championes y encima me daban algunos dólares. Venía con algo de platita luego de ver a mis amigos”, le bajó Cano.

Elogios para el presi del Danzarín

Alejandro tam­bién tuvo pala­bras de elogios hacia el mandamás azul, Miguel Figueredo: “Es un presidente que le ha­ce bien a Sol de América. Ordenó el club, cada año el equipo juega copas in­ternacionales. Se acuer­da de los exjugadores también, nos da una ma­nito a veces y eso lo va­loramos”, agregó “Chuck Norris”.

“Markarián nos autorizaba a tomar vino”

Al ser consulta­do si en algunas de las concen­traciones en las que es­tuvo loperro se ingenia­ron para meter bebidas al lugar, Alejandro nos confesó que “siempre había chance, pero an­tes preferíamos tomar después de los partidos. Estando en Sol, allá por 1989, el profe Marka­rián (Sergio) nos au­torizaba a tomar vino después de cenar. Nos decía que podíamos to­mar una copa. Había gente que quería más siempre”, sintetizó en medio de risas.

¿Cuál era la cualidad que lo destacaba al “Pamperito”?

En cuanto a la gran virtud que tenía Alejandro, nos confesó que “era muy rápido, de los más rápidos que había en esa época. El famoso ‘Win tatá’, que ya no existe hoy día en el fútbol. Me cansaba de tirar centros a la carrera. Di muchas asistencias en todos los equipos por donde jugué. Uno que tiene similares características a lo que yo era antes es Antonio Bareiro (Libertad), so­lo que yo era más velo­cista que él”, culminó el exdelantero.