“Eso es solo para hombres”, “¿cómo una mujer va a estar haciendo eso?”, “no sirve que vos hagas eso”, “es para los arrieros nomás”, son algunas de las frases que comúnmente escuchamos en el ñe’ẽ del paraguayo. Pero Ana Brizuela (28), rompe barreras y demuestra que el llamado “sexo débil” puede hacer lo mismo o mejor el trabajo.

Ana contó que desde que era niña veía a su papá trabajar en la albañilería. Ante las circunstancias de la vida se las tuvo que ingeniar para seguir adelante más aun cuando se convirtió en mamá y tener un trabajo como empleada doméstica le iba a ser imposible ya que su pequeña padecía de cáncer.

“No podía trabajar en un trabajo normal por así decirlo. Ahí incursioné en el tema de las obras y empecé a aprender cada día más y más cosas hasta volverme toda una profesional”, decía Ana en contacto con Crónica Digital.

La kuña mbarete contó que al inicio no le fue fácil ya que “el arriero” siempre se hacía presente con sus burlas y contó que incluso le llegaron a decir “kuña ha cuchara cocinape henda”.

A pesar de todo ella no se quedó de brazos cruzados, lucho y ahora es toda una capa en el mundo que “solo es para hombre”.

TRABAJA EN LA ESSAP

Ana es la única mujer en el área de colocación de cañerías para los desagües cloacales de la entidad que provee el líquido vital. Asegura que se lleva super bien con sus compañeros pero que en el rubro ya tiene poco más de 4 años de experiencia.

“Manejo toda clase de maquinas en obras. Los tractores lo que todavía no, pero hago de todo, palear, cortar, uso sapito y lo bueno que me llevo muy bien con mis compañeros, me gano el respeto de cada uno”, decía la mujer con el pulmón cargado de orgullo.

TIENE UN ÁNGEL EN EL CIELO

Ana contó que su gran inspiración era su pequeña quien falleció hace dos años, pero a pesar de eso alentó a las mujeres a seguir adelante, a incursionar en este mundo y que no hay que temer, que todo se puedo con pasión.

“Todas las mujeres sean solteras o madres solteras que se animen que es mentira que una mujer no puede traspasar barreras. La fuerza para seguir no viene del cuerpo sino del corazón”, terminó diciendo la kuña guapa con toda firmeza.