Cuesta creerlo, pero es así. Todos hablan de él. Del preso que “conquistó” las redes sociales en solo horas, luego de saltar al tapete por ser uno de los protagonistas del documental “Dentro de las prisiones más duras del mundo”, de Netflix, que se estrenó hace unos días en la plataforma y que muestra la realidad de la cárcel de Tacumbú.

Allí aparece contando su historia y del porqué mató a su papá en el 2016. Pero su “fama” se dio por su facha, quien llamó la atención sobre todo de la “platea femenina”.

Él es Pablo Valdovinos, el “tatuador de Tacumbú”, como lo llaman en el documental. En contacto con Crónica, el recluso comentó que se siente feliz “por la comprensión y el cariño de la gente”.

– ¿Te enteraste que todos hablan de vos luego del estreno del documental?

– Sí, me comentaron que estoy causando furor en las redes y estoy más que agradecido por la comprensión y el cariño de la gente que me está dando una oportunidad de que yo pueda volver a contar mi historia. Ser la carátula prácticamente de un documental que se ve en el mundo y que está en la plataforma de Netflix es como un sueño cumplido y estoy sin palabras.

– Muchas chicas, al parecer, quedaron cautivadas por vos…

– Eso dicen (risas). Al parecer les cautivé mucho a las chicas. Hoy día las mujeres lo que más quieren aunque no quieran aceptar es salir con una persona con el perfil que yo tengo, una persona tatuada con cara de malo, el famoso Bad Boy. El perfil de chico malo les gusta a las mujeres. Eso es lo que todas las mujeres sueñan, es como una fantasía.

– ¿Estás en pareja?

– Realmente estoy soltero actualmente. Me dejé hace poco de una relación. Tengo tres hijos y mi lucha es por ellos.

– ¿Qué sentís que todo el mundo vea y conozca tu historia?

– La verdad que la gente le tomó cariño a mi personaje y a mi testimonio por decirlo mejor. Pero que quede en claro y lo recalco que esto para mí no es un orgullo. No es un orgullo para mí obtener fama por esto. Me duele muchísimo todo lo sucedido (con mi padre) y no te voy a negar que es una herida abierta, nunca quise que terminara de esa forma, pero me tuve que defender, era su vida o la mía y lastimosamente terminó así. A pesar de todo era mi padre y le amaba muchísimo.

“En la cárcel lo que más se quiere son los tatuajes”

“Estos años en la cárcel me solventé solo con el tema de los tatuajes. Me profesionalicé estando afuera y acá adentro implementé esto porque en la cárcel lo que más se quiere son los tatuajes y si tatuás bien, higiénica y profesionalmente hacés plata”, dijo Pablo, y agregó:

“Aparte de eso hice de todo. Tenía un negocio de venta de bollos y pizzas al horno, hice forrados en termos, de todo un poco. Este es un lugar que si te proponés aprendés a hacer de todo para sobrevivir y generar ingresos”, contó.

“Las personas que me vieron en el documental me vieron bien y estoy bien. Trato de mejorar para así el día de mañana cuando pueda salir lo pueda hacer con la frente en alto y demostrarles a todos que soy una buena persona y que no por el hecho de que yo esté todo tatuado o que tenga muchos tatuajes sea un malandro o un psicópata como me catalogaron muchos en su momento”, finalizó.

El caso que le llevó a la sombra

“Mi papá tenía mucha plata, le tuve que matar con su misma arma de fuego porque era un violador, por eso estoy acá. Me dieron 20 años”, contó Pablo en el documental al ser consultado el porqué estaba recluido.

Pablo cuenta su verdad. Comentó que lo hizo porque siempre según su versión su progenitor abusó sexualmente durante años de su hermana mayor, dejándola incluso embarazada de sus dos hijos. El asesinato había ocurrido en Mariano Roque Alonso.

“Mi meta y mi objetivo es que se pueda saber la verdad. Yo quedé como una persona que mintió y que hizo lo que hizo por ser un adicto y eso no es así y eso no me gustó. Es por eso que me puse como meta ser mejor de alguna forma u otra y demostrarle al mundo que no fue así, que yo no programé nada”, dijo a Crónica.

“En ese momento le tenía a una persona apuntándome en la cara y solo me defendí. Lo que recuerdo es que lo desarmé y le disparé”, añadió.

“Mis hermanos de sangre me dieron la espalda y obviamente les entiendo, porque es un hecho muy doloroso para mí mismo también y me pongo en sus zapatos”, finalizó.