TRADICIÓN. La tradición dice que sí existen los fantasmas, desde la óptica de gente que afirma haber tenido experiencias.

Hay historias reveladoras que de alguna manera dan como una certificación popular de que los fantasmas existen. Esto, a partir de miles de testimonios de personas que hablan de sus experiencias paranormales. Incluso, en en tiempos lejanos hasta se llegaron a organizar jornadas de “cazas” de fantasmas. Hace un par de décadas se fundó en Inglaterra la Sociedad de Investigación Psíquica. Eleanor Sidgwick, que fue su presidenta, se convirtió en la primera cazafantasmas. Su equipo tuvo una amplia participación de profesionales altamente capacitados en materia científica, aglutinando a representantes de las más prestigiosas universidades británicas.

Tras varios estudios realizados por este grupo, la conclusión a la que llegaron es que científicamente no es posible demostrar la existencia de fantasmas. Sin embargo, tampoco pueden asegurar que no existan; simplemente, concluyeron que no encontraron pruebas de la existencia de lo que serían los espíritus o almas vagabundas. Aclararon también que ni pueden dar la definición de qué serían los fantasmas al desconocer qué serían, en realidad.

Según publicación de la revista especializada “Muy Interesante”, los sociólogos Dennis y Michele Waskul entrevistaron a varias personas que decían haber experimentado la aparición de fantasmas para su libro “Ghostly Encounters: The Hauntings of Everyday Life (Temple University Press)” publicado en 2016 y concluyeron que incluso los propios testigos no eran capaces por sí mismos de afirmar con seguridad que aquello que habían visto, oído o sentido fueran en realidad fantasmas.

Las experiencias eran demasiado variadas entre sí, lo único que tenían en común era que lo sucedido no se podía explicar fácilmente.

¿PODRÍAN LOS FANTASMAS SER PURA ENERGÍA?

“Hay quien alega que, basándose en la primera Ley de la Termodinámica enunciada por Albert Einstein (la energía no se crea ni se destruye, sino que se transforma), tendría todo el sentido que existiesen los fantasmas, puesto que serían la energía resultante de nuestro ser cuando muere, que en lugar de desaparecer, adquiriría otra forma. Sin embargo, lo que sucede con la energía de nuestros cuerpos al morir es que se libera en forma de energía calorífica a través de procesos de descomposición en el medio”, explica la revista “Muy Interesante”.

En conclusión, no hay pruebas científicas de la existencia de fantasmas, aunque sí hay testimonios más que suficientes de que sí existen. Por lo tanto, para la creencia popular, sí existen, pero para la ciencia, no.