Un cálido sol hacía presencia una la mañana fría de agosto, en medio de la pandemia, mientras las reliquias de la estación de Salistre Cué servían como escenario para conversar con un emblema de la historia ferroviaria de nuestro país. Don Heriberto Vázquez, quien cumple 100 años de vida.

Heriberto Vázquez, intentaba abrir un caramelo con sabor a menta, con sus manos ya arrugadas, mientras contaba que cumplía un siglo de vida. Lúcido y fuerte, el karai rememoró su pasado.

Acomodándose el sombrero que llevaba, como todo un caballero, recuerda que allá por los años  70 su labor como ferroviario la culminó en la estación de Salistre Cué, situada en la ciudad de Leandro Oviedo, departamento de Itapúa.

“Yo no conozco más a nadie, que esté vivo y que haya trabajado en el Ferrocarril conmigo. Creo que soy el último sobreviviente en San Pedro”, contaba el karai Heriberto, recordando detalles de aquellos tiempos.

Recordó que lo trasladaron en tres ocasiones de estación, durante los 30 años como funcionario del Ferrocarril. Primero fue hasta Sapucai, luego a Encarnación y en su última etapa volvió a Salistre, donde se desempeñaba como capataz de las personas que arreglaba las vías.

“En todos los años como capataz nunca hubo un descarrilamiento cuando yo estaba como jefe y ese fue uno de los motivos por los que también me llevaron a Encarnación”, he´i don Vázquez, a Crónica Digital, mientras abría su segundo caramelo.

Heriberto es padre de 11 hijos, 3 varones y 8 mujeres, a quienes crió y mantuvo gracias a su trabajo en el antiguo ferrocarril. A su familia solo veía una vez a la semana, ya que de lunes a sábados quedaba en su puesto de trabajo. Para llegar junto a ellos debía recorrer unos 12 kilómetros a caballo.

 NO LO ASCENDIERON

Heriberto resaltó que no llegó a ascender como Inspector del Ferrocarril ya que era Liberal «hasta los huesos» y ante el pedido de volverse colo´o él se negó rotundamente. Incluso había dicho que le echen de su trabajo si eso era un requisito.

“No me echaron porque ya tenía muchísimos años trabajando y ya estaba por jubilarme…”, he´imi el karai mientras miraba el puente de Salistre Cué, lugar que formó durante años parte de su vida.

UN EMBLEMA PARA EL PUEBLO SANPEDRANO

Don Vázquez es muy querido en su pueblo, San Pedro del Paraná. Fue uno de los jugadores más capo de la Liga Tebicuary, además de ser fundador del Club Sportivo San Pedro, con quien ganó varios trofeos y hoy día es uno de los clubes más importante en el ámbito peloteril del pueblo sureño.

SIN FESTEJO POR LA PANDEMIA

Cada año don Vázquez reúne a sus 11 hijos que vienen de Argentina, Luque, Australia y 3 que viven cerca de él en San Pedro, pero por culpa de la pandemia sus 100 años lo van a celebrar de manera virtual.