Una reacción al extremo y un final menos grave del imaginado. Un hombre, en su casa, una mañana de jueves. Un delincuente, armado con cuchillo, tratando de llevarse algo que no es suyo. Lo que sea.

“Lo vi correr y se me venía encima cuando se me ocurrió nomás decir esa frase como que está de moda y me funcionó”, contó a Crónica Édgar Riveros (33), quien vive en el barrio Capilla del Monte, de San Lorenzo.

El joven contó que en medio del susto que le tocó vivir, se le ocurrió gritar que ¡tenía coronavirus!

“Primero grité que tenía coronavirus y que estaba aislado solo en la casa como para que se dé cuenta rápidamente. Ahí fingí toser y estornudar y el ladrón se quedó y escuché que dijo ‘nderasóre’ o algo así y se dio la vuelta, comenzó a correr y desapareció. Parece que no estaba con algún móvil porque no llegué a ver ni escuchar ninguno”, explicó Édgar.

“Mi señora estaba en la pieza y escuchó todo lo que pasó. Gracias a Dios el delincuente no ingresó a la casa”, añadió.

A la consulta si en realidad padece de coronavirus, Édgar comentó que “no, simplemente me nació decir eso como es el tema del momento y por suerte el ladrón salió corriendo. Jamás pensé que fingir estornudar y toser serían armas que sirvan contra los ladrones (r íe). Este literalmente corrió por su vida, por lo visto le tiene mucho miedo al virus (ríe)”, finalizó.

MIEDO

Édgar no niega que el miedo se apoderó de él. “Sentí mucho miedo cuando vi que venía hacia mí. Tenía un cuchillo en la mano, cualquier cosa pudo haber pasado en ese momento”, contó.

PEDIDO

Édgar pide a las autoridades policiales que puedan hacer recorridas por la zona para tratar de evitar que sucedan este tipo de hechos. “Son gente de otros barrios los que vienen por acá”, tiró.

“Lo que hice ni siquiera fue una defensa, simplemente me nació”

“Rápidamente hice la denuncia. Gracias a Dios no pasó de solo un susto”, dijo Édgar.

“Salimos con unos vecinos a buscar al hombre por los alrededores, pero ya no dimos con él”, añadió. “Imaginate, pasó en horas de la mañana, a eso de las 8 de la mañana, ingresó a mi casa como si nada. Por fortuna lo pude ver y pasó lo que pasó”, confesó.

“No tenemos quién nos defienda. Yo trabajo de lunes a lunes y no puede ser que esta gente quiera robarnos así por así nomás. Lo que hice ni siquiera fue una defensa, simplemente me nació y resultó como tal”, finalizó.

La tercera vez en esta pandemia

Édgar comentó que no es la primera vez que “los amigos de lo ajeno” intentan ingresar a su casa para hacer de las suyas.

“En lo que va de esta pandemia es la tercera vez, la primera vez no estaba nadie en la vivienda y aprovecharon y llevaron una carretilla vieja que estaba en el patio. En la segunda ocasión le pillé también y se subió a su moto y se fue. Y esta fue la tercera vez. Son vizcacheros que vienen de otra parte y quieren hacer sus macanadas. Aquí en el barrio hasta se armó una comisión vecinal para unirnos todos contra estos delincuentes”, finalizó.