SALUD MENTAL. La top empezó a mostrar señales de salud mental en Nueva York. De ser estrella de pasarelas pasó a deambular por las favelas, irreconocible.

Eloísa Fontes es brasileña. Llegó a triunfar como modelo. Tenía todo para seguir escalando como top model. Pero un repentino problema de salud mental acabó con todo. Después de haber desfilado en las mejores pasarelas del mundo, recorriendo Francia, Italia, Alemania, Estados Unidos, Rumania, Portugal, Inglaterra y varios países más, terminó deambulando semidesnuda por las calles de una favela en Brasil.

SU HISTORIA

Eloísa salió de su casa en Piranhas, un pequeño y humilde municipio del estado de Alagoas, a los 17 años, tras haber ganado un concurso de belleza con la esperanza de triunfar en las pasarelas internacionales y lo logró. Luego de dejar a su madre y siete hermanos empezó a alcanzar el éxito en San Pablo, para posteriormente saltar a las pasarelas de Europa y Estados Unidos tras casarse con Andre Birleanu, un modelo y productor ruso 15 años mayor que ella y con quien tuvo una hija que está bajo custodia del padre.

Además, sobresalió en campañas de Dolce & Gabbana y de Giorgio Armani, llegando a protagonizar portadas de revistas de moda como Glamour y Elle. Con siete años de carrera profesional, su último trabajo internacional fue en Nueva York, donde fue contratada por una agencia estadounidense.

Cuando se proyectaba para llegar a ser una de las modelos más tops del mundo, su salud mental empezó a fallar y a destruir prácticamente su vida. Cuando estaba en Nueva York, Fontes desapareció por cinco días y luego apareció en una ciudad localizada a 30 minutos en tren desde Manhattan.

Tras presentarse este y otros hechos más, fue internada en Brasil por exponer su vida ante el peligro, ya que deambulaba sin rumbo por peligrosas favelas como Ciudad de Dios o Jacarezinho. Incluso, llegó a vivir por un tiempo con una de su familiar en Minas Gerais, pero huyó y regresó a la “Cidade Maravilhosa”.

DESAPARECIÓ EN NUEVA YORK, LA ENCONTRARON EN RÍO

Su última desaparición se dio en Nueva York, mientras trabajaba para una importante agencia de modelos. Estuvo desaparecida un año. No había rastros de ella, hasta que la semana pasada fue encontrada desorientada por las calles de Morro do Contagalo, en Ipanema, en Río de Janeiro. Estaba semidesnuda por lo que le dieron prendas de vestir, llevaba consigo una mochila donde tenía su pasaporte y cartas de recomendación de fotógrafos con los que había trabajado.

Agentes la hallaron gracias a los reportes de los vecinos. En un primer momento, ella no quiso recibir ayuda de nadie, pero luego fue convencida por uno de los oficiales. Solo aceptó subir a la camioneta donde estaba la asistenta social porque al ver a un policía que tenía sus cosas, lo acusó de robo.