Con su peculiar canto, “Chocho”, el gallito vendedor de huevos de Capiatá, despierta temprano a su gente para ofrecer sus productos. Apenas se abre la puerta él está presto para recibir a los clientes, con la frente en alto y el pecho saliente. El “pone huevos” ante la crisis y con su carisma atrae gente al negocio.

“Desde que le tenemos como mascota, tenemos más clientes, muchos vienen solo para ver a nuestro gallo, que es muy especial”, cuenta doña Alicia Rojas.

“Él primerito sale a la mañana y ya se coloca frente al negocio, cuando alguien viene empieza a cantar y mientras que no salgamos a atender él no se calla, la gente ya le tiene mucho cariño, hay veces que como soldado firme se pasea frente al negocio, viene y va, como si estuviera controlando la mercadería”, cuenta la dueña

“Chocho” no es un gallo común, de los que le podés ver con cara de un vori vori o un tallarín, cuenta doña Alicia.

“La recompensa por su trabajo no es maíz, más bien es descansar como todo un trabajador, él quiere darse una siesta bajo el aire, apenas cerramos él ya entra en nuestro dormitorio y como si estuviera muy cansado se acuesta en el suelo con las alas extendidas” he’i. Lejos de un gallinero y de la preocupación por sus  esposas “chocho” más bien se encarga de la venta de la producción.