Es una postal que se ve cada año, cada diciembre. Varias familias de la ciudad de Yaguarón y Pirayú que llegan hasta el Santuario de Caacupé utilizando carretas como medios de transporte, manteniendo vigente una de las tradiciones más emblemáticas que existen en torno a esta festividad mariana.

Pero este año, por culpa de la pandemia del coronavirus, esa caravana que simboliza la fe de varios devotos desde hace más de 60 años no se podría realizar. Al menos, varios de los fieles esperarán a que todo pase para cumplir con la promesa.

“Sinceramente siento mucha tristeza porque no podremos ir con la familia junto a la Virgencita, como cada año lo hacemos. Es algo doloroso, pero no nos queda de otra que acatar las medidas correspondientes”, dijo a Crónica don Feliciano Ayala, quien hace 30 años que cumple con la promesa -junto a su señora, sus hijos y vecinos- de ir en su carreta estirada por bueyes junto a la Virgen de Caacupé.

“Nosotros solemos salir en la madrugada del 4 de diciembre de aquí de la compañía Curupayty de Yaguarón, y volvemos a nuestras casas el día 7, un día antes del día de la Virgen. Pero ahora salió el tema de que hay que agendarse y que en esas fechas no se podrá peregrinar. Entonces, como que ya decidimos que este año no iremos”, dijo con un tono de tristeza.

“Yo me encomendé a la Virgen hace muchísimo pidiendo por la salud de mi familia y de mis animales y todo este tiempo ella intercedió para que Dios nos cuide siempre. Es por eso que cortar con esta tradición que lo hacemos hace 30 años sin faltar una sola vez, hay gente que lo cumple hace más de 60 años, duele un poco, pero qué le vamos a hacer”, finalizó.

“Nos juntaremos en casa para rezar”

“Ni bien se pueda y podamos ir todos juntos, lo haremos. Sea el año que viene o cuando se pueda nomás. Pero sí o sí tenemos que cumplir nuestra promesa alguna vez”, dijo don Feliciano.

“Lo que tenemos planeado hacer en esos días es juntarnos en la casa con la familia, rezar y pedir a la Virgen que nos siga sosteniendo y protegiendo como en todos estos años lo hizo”, añadió mientras miraba con tristeza su carreta y a sus bueyes.

“Esta pandemia no nos va a permitir, pero solo lo atrasará por un tiempo. Sentimos tristeza, pero a la vez estamos confiados en que todo esto pasará pronto”, finalizó.

Extrañará ese paseo que lo hacen en unas 12 horas

Don Ayala comentó que se sentirá raro estar en su casa entre el 4 y 7 de diciembre. “Será raro, hace 30 años que en esas fechas estoy por Caacupé sí o sí”, sostuvo.

“Voy a extrañar ese paseo de 7 leguas desde Yaguarón hasta Caacupé, el cual lo hacemos en 12 horas aproximadamente”, recordó. “A los animales lo tenemos muy bien y no les esforzamos. Descansamos unas cuantas veces por el camino y nos vamos lentos, pero seguros”, explicó.

“No nos quedamos para el 8 porque en esa fecha ya hay muchísima gente y la verdad que los camiones que pasan como que asustan un poco a los animales”, añadió. “Ahora lo importante es cuidarnos entre todos de este virus y rezar para que se vaya de una buena vez”, finalizó.

TRANQUILIDAD

“Hacer la peregrinación nos da tranquilidad y paz. Lastimosamente este año no podremos cumplir, pero ya habrá oportunidad”, dijo don Feliciano.

FAMILIAS

Son muchas las familias que todavía optan por cumplir con su peregrinación viajando entre carretas y bueyes. Por lo general son de Yaguarón y Pirayú.