“Nos hemos vuelto unos zombis de las redes sociales, no ponemos un alto a los grupos que nos envían pornografía o noticas sádicas, hemos dejado de lado la oración, nos pasamos navegando sin rumbo por la red y no le dedicamos ni un minuto a Dios”, he’i el pa’i Hugo Fernández quejándose de cómo anda nuestra sociedad.

Según el sacerdote, las redes sociales son el principal problema de las separaciones. Debido a internet y el uso desmedido de las redes, la obsesión por el celular hace que las tentaciones estén presentes. “Pedimos a Dios que nos aleje de la tentación y nosotros mismos salimos a buscarla. Además, nos hemos vuelto demasiados egoístas”, señaló. “

Desde nuestra conciencia cristiana creemos que este conflicto se debe a que las uniones (ya sean libres o sacramentales) responden últimamente a un egoísmo, solo de poseer a la otra persona y no precisamente de amar. Se ha perdido el sentido de fundar una familia regida en el amor por el de poseer a la otra persona para satisfacer deseos”, señaló el pa’i.

“Hay un pecado mayor que la infidelidad: el orgullo. De este se desprenden todos los vicios y los demás pecados, pues debido al orgullo surge el egoísmo y con ello la necesidad de cumplir nuestras pasiones sin razonar, el orgullo, el egoísmo, el no pensar en lo que vale la otra persona para mí es lo que me lleva a ser infiel”, agregó.

“La gente ya no va a misa, eso de ir a la iglesia ‘es cosa para tontos, para frágiles mentalmente, para personas con necesidad de afecto o personas fanáticas en ideales superfluos’, esa es la idea actual de la sociedad que cada vez más va imponiendo sobre la iglesia”, expresó.

“Nos gusta seguir la corriente a conversaciones que difaman”

“Decimos en el Padrenuestro ‘no nos dejes caer en tentación’; sin embargo, nosotros mismos incitamos a que el pecado se arraigue en nosotros, nos gusta seguir la corriente a conversaciones que fomentan la difamación o la calumnia hacia el otro. Nos ensimismamos en nuestras propias ideas y no acogemos las opiniones o los pareceres del otro, nos divertimos por las desgracias del otro y despotricamos contra Dios cuando nos toca una cruz”, señaló el pa’i Fernández. “Las familias ya no piensan en acudir a la misa, en compartir la Palabra de Dios, la Eucaristía. Se olvidaron que ir a misa es ir al encuentro con Dios y no con el cura pecador, o con la gente chismosa o la gente mala como por ahí dicen”, expresó.

No se comparte con los hijos y se les dan gustos

“Hay tantas preocupaciones en el mundo de los padres, las responsabilidades económicas los absorben, no dan tiempo de respiro, hemos endiosado el trabajo, la economía, la ganancia, porque hay que producir, hay que ganar. El tiempo dedicado a la familia, al compartir gratuitamente, al de rezar juntos, al de leer algún libro e incluso al de comer una comida juntos está siendo reemplazado por la idea de dar gusto al hijo a la hija”, reflexionó Fernández. “Se pretende reemplazar la falta de compartir dándole a los hijos sus gustos: sus teléfonos, sus videojuegos, etc. No es el caso de todas las familias, sin embargo, desde lo que observamos en la realidad pastoral son los conflictos más frecuentes”, he’i.

EDUCACIÓN

“Una terrible situación que nos afecta es que cada vez se agranda más es la ignorancia asociada con la falta de educación sexual responsable para todos. Esto hace que cada día haya mas niños y niñas violadas”, he’i Fernández.

LÍNEA DE CRÉDITO

“La situación socioambiental de familias sin trabajo u ocupaciones concretas, la falta de diálogo en las familias y sobre todo el casi nulo acompañamiento a los casos de indicios de abuso desembocan en estas desgracias”, agregó.