Muchos de los clientes eligen este sitio para calmar sus penas al pillar que fueron víctimas de un mal cuate.

Muchos aseguran que en nuestro país ronda otro “virus” que no hace distinción de clases sociales y que no para de propagarse: el tesapo’e.

Lo “padecen” los que meten currículum para entrar en kokue ajeno. Los que le ponen el ojo a la novia de su socio o al chico de su amiga.

La pregunta es: ¿Existe algún lugar donde pueden acudir las víctimas para calmar las penas ocasionadas por el “amigo” traicionero? La respuesta es sí.

Se encuentra en el kilómetro 7, del barrio Carolina, en Ciudad del Este. Hablamos de una bodega cuyo nombre es ¡Tesapo’e!

“Aquí llegan y lo primero que hacen -en la mayoría de los casos- es contarme que fueron víctimas de sus amigos con ese asunto”, dijo Javier Benítez (26), dueño del local, quien comentó el porqué su negocio lleva ese peculiar nombre.

“Yo nunca lo hice y no creo poder hacerlo. El nombre es por mis amigos tesapo’e. Tengo varios que son así. Ellos me inspiraron o motivaron (ríe)”, confesó.

“Incluso un socio me quiso hacer el ‘tesapo’e’ con mi novia, pero no consiguió porque mi pareja me contó todo lo que le decía… jajaja. Me mostró todos los mensajes incluso. Así nomás luego es este tema, te trozan para quedar bien con la novia jajaja”, añadió.

“El cartel llama la atención y muchos de los que sufrieron tesapo’e llegan y me cuentan su situación, lo que vivieron y cómo pillaron el asunto. Calman sus penas con unas bien frías y yo escucho simplemente”, dijo Javier.

“Otra cosa que me pasa es cuando voy por la calle o estoy en frente del local me gritan tesapo’e ja’u la cerveza’ (ríe)”, finalizó.

CHUPI

“Loperro llegan para chupar cada vez que pillan un “tesapo’e”. Eso es así, qué le vamos a hacer”, dijo Javier.

FOTOS

Muchas fotos del local se hicieron virales en las redes sociales. Loperro paran y se quitan una instantánea para pasarle al socio tesapo’e.

Avei van los que cuentan sus “hazañas”

Javier comentó que hace un año y cuatro meses que abrió la bodega en el Este del país.

Lo atiende en compañía de su novia todas las tardes y noches. “Con ella atendemos y vemos cómo la gente se prende y nos cuenta historias en relación al nombre”, confesó.

“Pero no solo llegan las víctimas, también vienen los que son expertos en ‘serruchar’ y hablan de sus ‘hazañas’, para llamarlo de alguna manera”, agregó Javier.

“Algo que también nos llama mucho la atención es que la gente pasa, para y se saca fotos con el cartel o lo filman para pasarle a sus amigos jajajaja. Sinceramente es algo impresionante y nos gusta”, contó.

Registró el nombre para que no le hagan “tesapo’e”

Javier comentó que registró el nombre para que nadie le pueda “serruchar” la idea.

“A través de mi contadora registré en la boleta legal para que otro no me copie el nombre, para que no me hagan tesapo’e mba’e (ríe)”, explicó.

El joven es también diseñador gráfico y trabaja en su profesión de mañana y tarde. Luego ya está al pie del cañón en su local de bebidas y narguiles. Comentó que la cuarentena fue un momento muy duro en cuanto a las ventas.

“En la cuarentena paramos muchos, estuvo difícil la situación porque las cuentas eran las únicas cosas que no pararon. Ahora estamos volviendo de a poquito”, dijo.