Una nueva pesadilla empezó. Las lágrimas sucias llenan los ojos cegados por la humareda provocada por el enemigo que descansó por unos minutos, pero hoy despertó y causó daños, tristeza y dolor en varios puntos del país.

El duro trabajo para los voluntarios de los departamentos de Misiones e Itapúa se reinició desde ayer cuando un nuevo infierno empezó a ganar territorio provocando lo que muchos califican como una “catástrofe ambiental”.

Concepción Martínez, concejal de la ciudad de Tomás Romero Pereira y bombero voluntario de la ciudad dijo que los incendios en esas zonas ya no se pueden controlar por lo que dependen de un milagro para calmar el enojo de este mal.

Martínez explicó que las zonas están devastadas por el fuego y están pidiendo refuerzos para poder salvar algunas zonas de la naturaleza que están en peligro de ser exterminados por el fuego también.

El edil mencionó que las zonas de Edelira, Trinidad sobre la ruta Sexta y Alto Verá, tuvieron que ser evacuadas por el voraz fuego que poco a poco se iba acercando hasta las viviendas de los pobladores. Hasta el momento se desconocen las causas de los incendios en las ciudades mencionadas y piden a los lugareños evitar cualquier tipo de fuego para no alimentar el infierno en Itapúa.

TRES CUARTELES

Desde el cuartel de Ayolas aseguran que están recibiendo la ayuda de al menos otros tres cuarteles para tratar de contener el maldito fuego que ya generó grandes daños a los pobladores.

Misiones, con código rojo por varios incendios

Bomberos voluntarios de la ciudad de Santa María Misiones aseguran que están haciendo un inmenso trabajo para poder sofocar los incendios que se están registrando avei en la zona.

La situación está descontrolada por la alta temperatura y también están aguardando refuerzos para parar la pesadilla en la zona. Desde la estación de bomberos de esta ciudad avei partieron varios voluntarios hasta la zona de Ayolas en donde la verdadera batalla contra el calor se están dando pese a que no hay condiciones para poder vencer al enemigo.

Los voluntarios aseguran que la única forma de acabar con el infierno. “Esperamos la ayuda de arriba”, dijo el capitán de la estación, el bombero Mutti.