Lorenzo Silva habló de todo lo que vivió en el fútbol. El sueño que cumplió, el sacrificio desde pequeño, los problemas para encontrar equipo, entre otras cosas.

• POR JORGE IZQUIERDO

De los típicos números 11 de años anteriores; zurdo, buena pegada, desborde y buenos centros. A eso le podemos sumar goles. Estas virtudes fueron las que en su momento destacaron a Lorenzo Silva (38 años).

El expelotero oriundo de la ciudad de Primero de Marzo (departamento de Cordillera) charló con Crónica, donde arrancó contándonos acerca de su retiro tempranero del fútbol profesional.

“A los 31 años jugué por última vez con Carapeguá (2013), pero no terminé el campeonato Clausura con ellos porque había miles de problemas, tema salario, no había un buen ambiente, mala relación con los directivos, etc. Salí y empecé a jugar por equipos del interior. Con eso salvaba. Me costaba encontrar algún equipo en la Primera División porque no tenía representante. Hoy día, eso es fundamental”, expresó Lorenzo.

“Tuve la chance de poder ir a jugar en San José Oruro de Bolivia, ya estaba todo, iba a jugar la Copa Libertadores, pero se volvió a truncar de mí. Me ofrecí para poder jugar en Sol de América, Independiente, Rubio Ñu, Luqueño. Hablé con entrenadores y presidentes y no se me daba. Eso te bajonea también. Después ya se cerraba el libro de pases y no pasaba nada. Ya me metí de lleno en el interior. Fui campeón en la Liga de Caacupé. Sentí que podía tener oportunidades porque tuve un currículum interesante, pero no pasó nada”, añadió el zurdo.

“El año que viene quiero empezar el curso de DT. Ya estaba dirigiendo acá en Primero de Marzo, pero empezarán a exigir título de entrenador y me voy a preparar bien”, puntualizó nuestro entrevistado.

DOS REFERENTES

Lorenzo Silva se mostró rendido ante dos exjugadores que marcaron su historia en el mundo peloteril: el francés Zinedine Zidane y el paraguayo Guido Alvarenga.

CAMISETAS

En el 2015 entraron a robar en la casa de Lorenzo y se llevaron sus mejores recuerdos, que eran sus camisetas que consiguió en su andar futbolístico.

El recorrido por el fútbol del interior

Tras salir del Sportivo Carapeguá, Lorenzo jugó en el equipo de Sportivo Almadeño, de Caacupé (fue campeón). Luego chutó en Teniente Fariña de Guarambaré, Sport San Blas de Piribebuy, Cordillerano y Comandante Lara de Caraguatay, además de Unión Obrera y Juventud Unida de Primero de Marzo. En el 2016 tuvo un paso por Humaitá, en la Primera “B” Metropolitana. Lorenzo también estuvo en la selección paraguaya Sub 23, pero una lesión lo dejó fuera del Sudamericano del 2004.

LO DIJO

“EL ‘ANCHO’ IBARRA (EMILIO) PENSABA MÁS QUE NOSOTROS. ANTES DE QUE LE LLEGUE LA PELOTA YA SABÍA DÓNDE PONERTE EL SIGUIENTE PASE. ERA UN CRACK”

Lorenzo Silva

Exjugador

Jugar el clásico: “Un sueño que se me cumplió”

Lorenzo jugó en filas de Cerro Porteño en el torneo Clausura 2008, donde pudo disputar el clásico ante Olimpia. “Esa semana fue increíble. Había un plus de motivación. Ese sábado de noche hubo banderazo, todo fue fantástico. Jugar el clásico fue un sueño que se me cumplió. Uno de chico quiere estar en los grandes equipos y se me dio. Ganamos y la alegría fue muy grande. Lastimosamente no pudimos lograr el campeonato. No fuimos muy unidos en ese plantel. No había un buen ambiente internamente, muchos roces en las prácticas”, tiró Silva.

“Nos odiaban todos, pero ese esquema nos daba resultados”

Con respecto a aquel equipo de Tacuary que se mantuvo por muchos años en Primera y que era dominado por Francisco Ocampo, Lorenzo también dejó su opinión.

“Lo nuestro era primero defender y luego atacar. Lo hacíamos en bloque. Nos odiaban todos, pero ese esquema nos daba resultados. A lo mejor no ganábamos una buena plata, pero salvábamos con los premios. Casi siempre empatábamos y a veces dábamos el golpe y terminábamos ganando”, comentó Silva.

“Jugamos Copa Libertadores y Copa Sudamericana con Tacuary. Hicimos historia en los años que estuvo en Primera. Fue un gran equipo, ojalá vuelva pronto a Primera”, concluyó.

De la chacra al Interligas y de ahí para pegar el gran salto

“Vengo de una familia humilde. De chico iba a la escuela y después venía a trabajar en la chacra. Aikuaapaite la sacrificio. Plantábamos de todo un poco. Después empecé a jugar en Unión Obrera y luego el Interligas con la selección de Primero de Marzo y también con Tobatí. Después llegué al 3 de Febrero (Ciudad del Este), Tacuary, Cerro Porteño, San Lorenzo y Sportivo Carapeguá”, explicó Lorenzo.

“Ahora estamos procurando con la familia. Tenemos un pequeño negocio de venta de harina de maíz y con eso hemos soportado este año. Ya no creo que juegue el año que viene, quiero meterme netamente en poder dirigir ya. Estoy feliz con lo que tengo, gracias al fútbol pude comprarme un terreno, tengo mi casa, mi auto y estoy sano. Estoy bien acá, esperando que mejoren las cosas”, redondeó el exatacante.