Comenzó a pintar planteritas para relajarse un poco del estrés de la pandemia, pero ahora tiene muchísimos pedidos.

Psicóloga educacional, psicopedagoga y docente, Belinda Castillo tuvo que buscar una forma de compensar el dinero que le ingresaba atendiendo pacientes en su consultorio como psicopedagoga ya que la pandemia le impidió seguir atendiendo. “Me quedé sin pacientes y empecé a sentir el impacto económico. A eso se sumó el estrés por el aislamiento y empecé a pintar macetas como una técnica terapéutica, pero lo que no me imaginé es la ganancia que esto me generaría”, comento la profe.

“Allí descubrí que no todo puede ser negativo, descubrí nuevas habilidades que yo no me imaginaba que las tenía. Ahora me volví una artesana y lo que empezó como un relax ahora se convirtió en un negocio muy exitoso que me está dejando buena ganancia y puedo cubrir muchas cuentas”, comentó.

“Mi sobrina me creó una página en Facebook (BeliArt) y mostró mis planteritas pintadas, a algunas les coloco suculentas o tunitas, y desde ahí no descansé con los pedidos.

Por ahora ya me piden hasta para souvenir y para revender, no me imaginé el impacto que podría tener. Le invito a la gente que se arriesgue y que busque algo para hacer, no hay que perder las esperanzas, el ser humano siempre se adapta y sobrevive el que no se deja estar”, he’i. Su contacto es el (0982) 837-620.