José María nació siendo un niño fuerte y sano, pero por un “error” de la enfermera del hospital donde nació, quien le inyectó un medicamento que era para otro pacientito, él perdió las dos manos y parte de la pierna izquierda. Pese a su condición él lleva una vida normal y no hay cosa que no pueda hacer solo, según cuenta el joven de 17 años.

“No me siento un discapacitado, me manejo solo, como solo, escribo, me baño y me visto solo, nada me es difícil, para mí la vida es normal. Lo que sí estoy necesitando en este momento es una nueva prótesis para mis piernas, porque la que tenía se rompió”, señaló.

El joven quedó huérfano de madre cuando tenía 10 años, son 5 hermanos y quedaron a cargo de su padre, viven en precarias condiciones, solo hay una pieza para siete personas, ya que una de sus hermanas vive con ellos también con sus hijos pequeños.

“Estoy en el octavo grado, no tengo ningún problema para escribir, lo hago con mis dos brazos, gracias a Dios también mis compañeros me ayudan si ven que algo me cuesta hacer. Lo que me gustaría es poder trabajar para ayudar a mi familia a construir una pieza más, vivimos todos encimados.

Ese es mi mayor sueño, nadie me quiere contratar en la condición en que estoy, pero yo puedo hacer cualquier cosa”, expresó.

PRÓTESIS

“La prótesis que necesito cuesta 2.800.000 guaraníes”, dijo José y contó que para su familia es imposible alcanzar ese monto, ya que su papá trabaja y con lo que gana solo les alcanza para comer.