Hace unos meses no tenían esperanza de cambiar su suerte, ahora no pueden creer que los sueños se hacen realidad. La solidaridad es uno de los valores más hermosos que puede poseer el ser humano. El compartir, dar la mano al más necesitado no lo hace cualquiera, compartir lo poco o mucho que se tiene puede cambiar la vida de quien no tiene nada. Este es el caso de la familia Encina, del departamento de Paraguarí, invisibles para muchos pero no para mucha gente solidaria.

NOTA RELACIONADA: “Tenemos que elegir entre estudiar y comer»

Hoy, gracias a la publicación de su historia en Crónica, hace dos meses atrás, cambió la vida de todos ellos. En aquella nota, se contaba que los tres hermanos que viven en ranchito junto a su padre tenían que elegir entre comer o cargar saldo para estudiar. La historia tocó el corazón de muchas personas que sin dudarlo empezaron a brindar su ayuda.

A dos meses de aquella nota, esta familia tiene “una casa de verdad”, como lo había soñado Juana Encina, hija mayor, quien este año terminó la secundaria. “Todavía no podemos creer que tenemos casa de verdad y una cama para cada uno, es un sueño, jamás me imaginé que nuestra vida cambiaría, ya me había resignado a vivir de esta manera, la verdad que no veía futuro para nosotros, por eso me esforzaba al máximo para terminar mi colegio y poder trabajar y estudiar una carrera para ayudar a mi familia. Todavía pienso que esto es un sueño muy hermoso y doy gracias Dios, a este medio por habernos cambiado la vida. Gracias a eso la gente nos ayudó”, dijo la joven.

“Gracias a la gente solidaria y a la fundación ‘La fuerza que responde’, pasaremos la Navidad en nuestra nueva casa, para nosotros es un palacio, lo que siempre soñamos, a parte de la casa nos regalaron muebles y electrodomésticos que para nosotros eran inalcanzables, no tengo palabras para agradecer lo que hicieron por nosotros”, finalizó.

ASISTENCIA

Andrea, la hija menor de la familia, es sordomuda y por ese motivo el Instituto Antonio Próvolo también se había comunicado con ellos. Ahora la niña está aprendiendo lenguajes de señas.

SUEÑO

La familia he’i que todavía no creen que es verdad lo que les está pasando, que tienen una casa en donde ya no pasarán frío y que los protegerá en los días de lluvias.

Un chiqui más y ya estará totalmente terminada he’i

Si bien la casa de la familia ya está prácticamente terminada, aun falta la terminación del baño, ya que por la tormenta que azotó la zona semanas pasadas se destechó una de las piezas, por lo que tuvieron gastos extras.

En estos momentos necesitan la suma de 2.000.000 de guaraníes para poder saldar una deuda por algunos materiales que volvieron a comprar para arreglar el techo que se llevó el viento. “Dos millones es la deuda por los materiales, por lo que queremos volver a pedir su colaboración a la gente que ya ayudó bastante a cambiar la vida de esta hermosa familia”, dijo la profe Zaida Flores, quien había dado a conocer la historia de su alumna.

Hogar pyahu y vida nueva para Juana, quien cumplió su sueño

Una familia de Asunción “adoptó” a Juana como parte de su familia, después de conocer su historia.

Un matrimonio y su pequeño hijo se acercaron a conocer a la familia. Quedaron ndaje encantados y muy conmovidos por la situación de los jóvenes y propusieron a los padres de Juana traerla con ellos a su casa, ahora la joven vive con esta familia y cada 15 días visita a sus padres y hermanos.

Ella se convirtió en un miembro más de la familia. Ahora que terminó el colegio, sus sueños se seguirán haciendo realidad, ya que estas personas se comprometieron en pagarle sus estudios y ella manifiesta que son las mejores personas que Dios le puso en su camino, ya que la tratan como a su hija. “No hacen diferencia”, dijo.