“Desde niño ya sentía una inquietud. Es como que buscaba algo más, algo más trascendente en mi vida.

Después de hacer mi primera comunión quise ser monaguillo, ayudar al sacerdote en el altar. Recuerdo que tuve que insistir mucho a mi madre para que me dé el permiso, pues era aún muy pequeño. Pero accedió, y fui como 8 años monaguillo y eso me hizo muy feliz”, contó el padre Pablino Villalba, de la parroquia María Reina, de Lambaré.

El sacerdote, oriundo de Pedro Juan Caballero, se ordenó hace 13 años. Cuenta que es el cuarto de entre siete hermanos, cinco son mujeres y solo dos hombres he’i, además dice que sus padres siempre lo apoyaron en su decisión de servir a Dios.

“Mis navidades siempre fueron muy hermosas. Creía también en los Reyes, y en Papá Noel hasta que descubrí que eran mis padres. Bueno, es la inocencia de la niñez, y que deja buenos recuerdos. Pero nunca me olvidé del cumpleañero o sea Jesucristo. Él es la persona más importante y no Papá Noel, que es un personaje de ficción. Ahora el consumismo se roba el protagonismo a Jesús, y eso está muy mal. La Navidad es el Dios que se hace pequeño para engrandecer al hombre, a no olvidar. Es el amor de Dios que llora tiernamente en una cuna, y con eso nos dice lo mucho que nos ama. En esta pandemia, la Navidad será más sobria, pero puede ser más profunda, pues en la intimidad del corazón quiere nacer Jesús, que es la esencia de la Navidad”, he’i.

MISIÓN

“A veces nos quedamos un tiempo en una parroquia y luego se nos envía a otra. Es la misión que nos toca. Todo cambio es un desafío, pero así es la vida religiosa y sacerdotal”, dijo el pa’i.

SEMINARISTA

El seminarista debe desarrollar varias dimensiones en el seminario; comunitaria, humana, intelectual, espiritual, y pastoral. Es estudio, disciplina, servicio y oración, según explicó.

SU SUEÑO

Desde niño ndaje él sintió que le faltaba algo más en la vida, por lo que se hizo monaguillo y allí se sintió realmente feliz, en donde ayudo por 8 años a los sacerdotes de su parroquia.

“Maná del cielo nunca falta”, he’i

El cura cuenta que la pandemia también afecto a la Iglesia, ya que los encuentros religiosos fueron prohibidos o condicionados a cierta cantidad de personas para evitar la aglomeración, y esto afectó el ingreso en las parroquias. Pero dijo el padre Pablino que Dios jamás los abandonó.

“Nos mantenemos por la providencia de Dios que nunca abandona, y la generosidad de la feligresía. La Iglesia no impone a los fieles que debe ayudar a los sacerdotes, sino eso sale de los fieles, del amor que le tienen a Dios y a su iglesia. Lógicamente que afectó y mucho la pandemia, pero nuestro Dios es grande, y siempre asiste y maná del cielo nunca falta”, he’i.

El cura es también músico y compositor, encima escritor

“Yo soy párroco, y me dedico a la evangelización, y a la pastoral. Aparte soy músico, compositor, escritor, tengo publicados siete libros. Y también soy aficionado a la pintura. También me gusta el deporte, como el fútbol. En fin, ser sacerdote no te limita, y uno puede también desarrollar otras facetas”, contó.