Para la mayoría de loperro nio los detenidos no tienen derecho a nada, pero también tienen sentimientos y dolor, independientemente al delito que hayan cometido.

“¿Quiénes somos nosotros para juzgar?”, el paraguayo nio tiene en su ADN la generosidad, sin importar a qué clase social pertenece o a qué se dedica, para darle su ayuda o su apoyo a la persona que esté pasando mal, ya sea económicamente, de salud o moralmente. La persona que esté necesitado sabe que su compatriota no lo va a dejar abandonado a su suerte, en este caso fue un joven privado de su libertad, quien recibió una tremenda alegría de parte de unos uniformados de la Policía Nacional, justo en el día del cumpleaños del muchachón. El detenido recibió una llamada y allí se cayó totalmente su ánimo.

“Esto fue sin pensar dos veces, yo le dije a mi camarada que teníamos que hacer algo por el muchacho, quien está detenido por mandato de la Justicia y está a nuestro cargo”, fue lo primero que dijo el suboficial mayor Ricardo Esteban Servín a Crónica.

Upéi comentó, “el viernes a la tarde me dijo que al día siguiente era su cumpleaños. Ese sábado me dijo ‘jefe, hoy es mi cumpleaños, cumplo 26 años’, ya medio bajoneado, pero después de las tres recibió una llamada y allí decayó totalmente de ánimo.

Le dije al suboficial Nelson Barreto que el detenido la estaba pasando mal, che amoîta una torta ha nde emoî para la gaseosa. Al toque me dijo que sí y pusimos la plata. Cuando nos acercamos a la celda con la torta y la gaseosa, la cara de felicidad del muchacho era inmensa.

Además esa semana, otro de los detenidos también cumplió años”, tiró el subjefe de la Comisaría 66.ª barrio Itá Paso de la ciudad de Encarnación, departamento de Itapúa.

NO DAN EL GUSTO NUNCA

“Este gesto fue espontáneo, no fue nada preparado, pero igual nomás nos bajaron la caña, sabemos luego que los policías nunca les damos el gusto a algunas personas”.

“Nunca comí una torta en mi cumpleaños”, dijo el detenido

El gesto del subjefe fue principalmente para levantarle el ánimo al joven. “Se acercó a mí y me dijo con la voz entrecortada ‘jefe, yo nunca comí una torta en mi cumpleaños, tenía que caer preso ra’e para que me regalen uno, encima un policía me regaló’, tiró el agente a nuestro medio.

Antes nomás que los policías tenían este trato “tipo militar” con los apresados, “eso era antes nomás, ahora la Policía Nacional cambió totalmente, ahora se les trata a los individuos como personas, ahora que ellos tengan problemas con la Justicia, ya se encargaran ellos de sancionarle a la persona, para que sepa valorar luego el valor de la libertad”.

Sorpresa para sus familiares

El volái de buen corazón declaró avei que Dios y la Virgen le ayudaron a ser así. “Para mí, mi cumpleaños es un acontecimiento muy importante y al verle así de bajoneado al aprehendido me tocó bastante y me preocupó también, ya que no sabemos qué les puede pasar por la cabeza a las personas, temíamos que piense en escaparse o peor, que atente en contra de su vida por la situación que estaba pasando en ese momento”, dijo el agente.

Además, con ese gesto ganaron una sonrisa del cumpleañero, “sabemos que detrás de cada individuo hay un corazón que sufre, que llora, quiénes somos nosotros para juzgarle a nadie, ya la Justicia se va a encargar de juzgarlos con sus faltas”.

Una hermana del muchacho llegó justito en el momento que llegaba la torta y la gaseosa avei, “fue una sorpresa para sus familiares también, no fue un festejo sino más bien un gesto para alegrarle a una persona que estaba con el ánimo por el piso”. Otro dato, el poli suele disfrazarse de Papá Noel avei en la Navidad para alegrar a los peques.