Se casó muy joven con un hombre que toda la vida la maltrató, pero los recuerdos siguen atormentando.

Todos los días leo las historias que te cuentan las personas, son como un alivio para mí, porque pienso que mi problema no es nada con respecto a los otros. Más ahora que me siento tan sola en esta vida. Desde que me separé jamás pude volver a confiar en un hombre, siempre tengo alguno que otro amigo, pero ninguno es para nada serio, creo que el amor ya no es para mí, después de toda la pesadilla que pasé.

Me casé siendo muy joven, a los 15 años ya me vestí de blanco para entrar a la iglesia, no sabía lo que estaba haciendo, pero mis padres estaban tan entusiasmados y para qué decir otra cosa, yo también me sentía feliz. Solo que ese sentimiento duró apenas unas horas, después de que el cura nos dio la bendición, prácticamente al salir de la capilla mi marido me maltrató. Esa fue la constante durante los 15 años que estuvimos casados.

Tomaba mucho y me pegaba, me dejaba por el piso delante de mis hijos. Después que lo abandoné nunca más lo volví a ver, por suerte, ya que le tengo mucho miedo, no le quiero volver a hablar.

Yo no podía salir a la calle sola, no tenía amigos, ni a mis padres volví a ver sin su permiso, él me controlaba cada cosa que hacía o decía, nunca estaba seguro, vivía desconfiando y celando de mí, hasta que un día me cansé.

Hace 2 meses agarré a mis 4 hijos y me escapé de él. Ahora mis criaturas están con mi mamá y yo soy la que trabajo, no soporto estar separada de ellos, pero no tengo otra opción. Todas las noches lloro por mi fracaso, me siento la mujer más infeliz del mundo. Ese hombre me destrozó la vida, mi juventud, todo.

A veces ya no quiero vivir, pero pienso en mis hijos y siento que recupero mis fuerzas otra vez. Necesitaba contarle a alguien porque a veces me guardo todo sola. Espero tu consejo, lo necesito mucho.

“UN DÍA TOMÉ MIS COSAS, A MIS HIJOS Y DECIDÍ VOLVER A EMPEZAR, PERO CUESTA, HASTA HOY DÍA NO PUEDO DESPEGAR”

LUZ MARINA, DE LUQUE

34 AÑOS.

LA RESPUESTA: EMPEZAR EL PROCESO DE RECUPERACIÓN

Sanar las alas rotas y seguir avanzando en el camino

Hace unos meses una pequeña ave sái hovy cayó del árbol de tajy que está en el patio de casa, tenía las alas rotas. Con mucho cuidado la levanté, le puse sobre una manta y empezamos el proceso de recuperación, que lleva su tiempo.

Algo así se puede describir lo que es una terapia, que asusta cuando te dicen “tenés que hacer terapia”, pero no es otra cosa que disponerse a mejorar, cambiar, salir adelante. Se trata de reconocer muchas cosas que uno tiene adentro, para después llegar a lo más importante: despegar.

Me imagino dirás que el pequeño sái hovy no tenía otra salida que aceptar mansamente todo, pero te diré que, dentro de lo que sería “su sentido” de sobrevivir puso de su parte y hace poco en contra de todo pronóstico negativo… volvió a volar. No temas reconocer que necesitas ayuda para despegar, podés acercarte al psicólogo.

Las secuelas que dejan los maltratos pueden quedar gravados en la mente toda la vida si no se empieza el proceso de recuperación, a poner un límite al sufrimiento. Eso es lo que pasa contigo, sigues clavada a tu pasado y a toda esa carga de culpa por lo que llamas “fracaso”.

No le sigas dando el poder a tu ex para “joderte” la vida, eres una persona muy valiosa, atrapada en sus propios miedos, lucha por escapar de esos temores y aprende a volar.