Entre las compatriotas que trabajan con ella siempre le bajan al puchero, la tortilla y nuestra sopa paraguaya.

En busca de un sueño, Raquel Cáceres viajó a España, pero no era su sueño sino el de su madre doña Elisa Cáceres. Quería una casa grande para que sus seis hijos y nietos pudieran caber, en su pueblo Carayaó, departamento de Caaguazú. Gracias a los tacos, burritos y guacamoles, el sueño de su mamá se hizo realidad.

“Nunca imaginé que tendría mi propia empresa en un país extraño, más aún de la forma en que llegué, en mi maleta solo traía el corazón partido por tener que dejar a mis hijos y muchas deudas que tuve que contraer para buscar un mejor futuro, pero el sueño de mi madre fue la motivación más grande que me hizo venir”, contó.

En el 2008 pudo llegar a España después de un intento fallido, con muchas deudas encima y con dos hijos que dejó en Paraguay, Raquel, iniciaba así su historia en la Madre Patria.

“Cuando llegué empecé a trabajar en un bar de unos mexicanos, estuve allí solo dos meses, pero no me pude quedar más tiempo porque no tenía papeles, entonces fui a trabajar en una casa de familia en donde estaba de interna, así se dice acá a las que viven con sus patrones, ni los fines de semana salía, dos años estuve con esa familia, hasta que conseguí mis documentos”, relató.

Por cosas del destino volvió a trabajar con los mexicanos, donde fue su primer empleo, empezó como camarera y luego llegó a ser la cocinera, allí aprendió a hacer las comidas tradicionales de ese país que a los españoles les gusta muchísimo ra’e.

“Con la ayuda de mi pareja, que es español, pude abrir mi propio bar de comidas mexicanas, con lo que había aprendido con mis patrones, en plena pandemia iniciamos, abrimos en noviembre del 2019 y en marzo del 2020 tuvimos que cerrar al público por la cuarentena, pero iniciamos con el servicio de delivery”, siguió relatando.

Hoy día, gracias a Dios le va muy bien. Tiene 6 empleados, dos paraguayas, una colombiana y tres españoles en su restaurante mexicano que se llama “Catrina” y está ubicado en Solares Cantabria.

SOPA PARAGUAYA

A los españoles no les gusta mucho la sopa paraguaya, para ellos la sopa es un caldo y no es muy aceptado, hay a quienes les gusta pero no a muchos, “pero cuando llegan paraguayos al bar siempre piden comer la sopa”, contó.

“Por suerte nos dejan trabajar”

La situación en España está muy difícil porque volvieron a entrar en confinamiento por la pandemia, según Raquel pueden salir de sus casas, pero no del municipio. “Los que trabajan fuera de la ciudad en donde viven necesitan un permiso especial, para poder viajar todos los días, si se le descubre a alguno que quiere pasar sin ese permiso recibe una multa muy alta, por suerte nos dejan trabajar, ya que mucha gente decide no salir tenemos más trabajo, ya que muchos compran comida hecha”, contó.