Desde pequeño siempre tuvo un gran sueño,  ser abogado. Nunca se rindió y a pesar de todos los obstáculos que se le presentaron hoy, Javier Torres defendió la tesis y se convirtió en un flamante abogado.

«Yo crecí en el paseo los yuyos con mi familia, siempre trabajando en la venta de los yuyos y como era representante de ellos, veía mucha injusticia acá en el mercado y eso me empujó mucho por esta carrera», comenzó diciendo Javier en entrevista con Crónica digital.

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«Desde chico luego ya me gustaba mucho, era el que se plagueaba y el que se peleaba con todo el mundo por cualquier cosa, entonces siempre le dije a mi mamá que quería ser abogado. Siempre luego decía voy a ser abogado y cuando tuve la oportunidad empecé la carrera en una universidad privada costeando los gastos con la venta de yuyos», contó el nuevo letrado y dijo que con la llegada de la pandemia fue un poco difícil, pero de igual manera ya estaba en sus últimos años. «Pasé mucho con el tema de la tesis, con las investigaciones que venía haciendo sobre mi trabajo, también la disminución de la venta, pero igual llegué a mi objetivo y eso es lo más importante», he’i Javier.

Para este joven nada fue fácil, su jornada comenzaba a las 5 de la mañana acompañando a su mamá al mercado donde trabaja hasta las 5 de la tarde. Después ya pasaba a la facultad hasta las 9 de la noche.

«Fue muy sacrificado, a veces tenía que hacer trabajos prácticos y los compañeros me ayudaron muchísimo con los materiales, libros y todo lo que necesitaba porque me costó bastante. Muchas veces no tenía para comprarme unos libros, entonces ellos me ayudaban con algunas copias», añadió.

MOTIVACIÓN Y PERSEVERANCIA

Javier es un ejemplo de que cuando se quiere se puede y recomendó a los jóvenes luchar por sus sueños.

«No hay que perder las ganas, las motivaciones y por sobre todo hay que ser perseverantes en esta vida. No importa en el lugar donde estés, si uno luchar por un sueño siempre con mucha fe».

SU FAMILIA

El apoyo y la fuerza de su familia y de su mamá fueron piezas clases para Javier, quién ahora sueña con empezar a ejercer su profesión y poder retribuir a su mamá de otra manera.