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A sus 93, dice que “ser burrerita es una pasión”

A sus 93, dice que “ser burrerita es una pasión”

“La mujer paraguaya es la más gloriosa de América”. La frase pertenece al papa Francisco. Y hoy se conmemora el día de esas doñas sacrificadas y valientes de ñaneretã.

Un grupo de mujeres que simbolizan fielmente a las mujeres paraguayas son las exburreritas. Las mismas fueron homenajeadas ayer en Lambaré, donde se adelantó el festejo. Fue en un emotivo acto en el que por primera vez su pudo reunir a 16 luchadoras de la vida.

“Ser burrerita es una pasión. Con esta profesión supe salir adelante, se lo debo mucho”, contó doña María Dalmacia, de 93 años, quien fue una de las homenajeadas, ayer. Con esta noble labor ña María supo quitar adelante a 14 hijos. “A esta labor se lo debo todo y mucho más”, sostuvo.

“Ahora ya quedan pocas, si es que sigue quedando, antes éramos muchas. Un día mi mamá me despertó, preparó el burro y me dijo que yo iba a salir a llevar los productos, desde ahí no paré”, recordó Andresa Torres de López, otra de las agasajadas. Las burreritas han sido y son un pilar fundamental de las raíces lambareñas. Es por eso que decidieron reconocer la dedicación y trabajo que deben ser conocidos por todas las generaciones. “Gracias a que fui burrerita conocí mucha gente buena. Recorría por todas partes”, dijo ña Emeteria Aldana.

EVENTO

El evento se realizó en la plaza “Juan de Ayolas” de Lambaré. y fue organizado por la Muni y se cumplieron todos los protocolos sanitarios.

 

“Volvernos a ver fue muy emotivo”, dijeron

Muchas de ellas se emocionaron durante el acto.

“Volvernos a ver fue muy emotivo. Jamás pensé en volver a ver a varias de mis amigas burreritas”, dijo ña Andresa. “Yo me acuerdo de muchas cosas cuando era adolescente. Entre un grupo de burreritas salíamos a pasear y frente a la Municipalidad lo que nos juntábamos todos para pasar porque había jaguarete’i ahí”, añadió.

“Con fuego o piedras espantábamos al animal, así nos defendíamos”, agregó. “Íbamos casa por casa y hasta no vender todo no regresábamos. Era muy sacrificado, pero a la vez disfrutábamos mucho de nuestras actividades”, dijo doña María Dalmacia.

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