Personas de buen corazón vieron la publicación y le regalaron la máquina. “Si lloro es porque a mis 81 años es la primera vez que tengo una”, dijo ña Dolores.

• Por Rodrigo Valdez

Dar una noticia y contar una historia deberían tener la misma sintonía. Y algo que busca “El gran diario de la gente” con sus narraciones es que usted lector identifique los destinos ajenos con su propio destino. Que se diga: a mí también puede pasarme esto. Y si eso despierta la llama de la solidaridad, mucho mejor.

Y con el caso de doña Dolores Vázquez, de 81 años de edad, el espíritu de unión y ayuda cobró fuerzas gracias a la publicación de Crónica.

Hace unas semanas, la abuelita contó a este medio que -pese a su edad- continuaba en la búsqueda de cumplir su sueño de ser una ingeniera ambiental. A doña Dolores le faltan tan solo cinco materias para culminar la malla curricular en la Facultad. Pero desde que todo esto de la pandemia sacudió al país, todo paró. Ella pudo haber continuado las clases de manera virtual, pero algo se lo impedía: no contaba con computadora. La noticia tocó a la gente de la Facultad donde ella da clases (UPAP, Ayolas) y llegaron ayer hasta la casa de doña Dolores, ubicada en San Cosme y Damián, Itapúa, y la sorprendieron con un regalo. Sí, ¡le llevaron una compu!

“La gente de mi Facultad vio la publicación en el diario y hoy (por ayer) me trajeron para mi computadora. Si lloro es porque a mis 81 años es la primera vez que tengo una”, dijo la abuelita estudiante muy emocionada.

“Ahora sí voy a poder seguir las clases virtuales y ojalá ya pueda recibirme de ingeniera ambiental, que es lo que tango quiero. No le saco la mirada a la computadora, no puedo creer, estoy muy contenta”, finalizó.

DOS HORAS

Doña Dolores vive en la zona de San Cosme y Damián, Itapúa, pero va a la Facu en Ayolas. “Como dos horas me tomaba el viaje hasta la casa de estudios. Iba en micro. Desde que comenzó la pandemia ya no pude ir”, dijo.

De joven no pudo estudiar porque trabajaba

Doña Dolores vive sola. Nunca se casó, ni tampoco tuvo hijos. Su ilusión fue siempre estudiar en la Facultad. Pero para ella estudiar suponía todo un reto y debido a su temprano ingreso al campo laboral no pudo seguir ese anhelo.

“Siempre quise seguir esa carrera (Ingeniería Ambiental) porque soy una amante de la naturaleza, de las plantas, de los animales”, explicó a Crónica.

“Terminé a duras penas el colegio, eso sí con buenas notas, pero me costó porque éramos una familia humilde. Luego ya me tocó trabajar”, dijo.

“A los 75 años me decidí y dije ‘los sueños hay que cumplirlos’ y lucho por ellos”, finalizó.

“Voy a poner todo de mí para aprender rápido”

“Voy a poner todo de mí para aprender a usar rápido la computadora”, dijo doña Dolores. Por su parte, la licenciada Fátima Santacruz será la instructora que le ayudará a utilizar el equipo informático. “Ella pone todo de sí para aprender rápido, es muy inteligente”, sostuvo. “La idea es que pueda llevar las clases virtuales y pueda terminar la carrera que estudia”, añadió. “Es un ejemplo para todos, sobre todo para las jóvenes”, agregó. “Ella vive sola. Su vecino, don Miguel Báez, es el que siempre le apoya también”, explicó.