“Dios me da las fuerzas. Esta es mi misión. Sé que estas personas necesitan el mensaje de esperanza y salvación”, dijo el sacerdote Arístides.

• POR RODRIGO VALDEZ

Usa traje de bioseguridad y estola morada. El pa’i Arístides Amarilla (34) vence los temores y acude a dar soporte espiritual a decenas de pacientes que luchan contra el coronavirus en el Hospital Regional de Pedro Juan Caballero. Amarilla da la unción de los enfermos y palabras de aliento a cada uno de los internados.

“Dios me da las fuerzas. Esta es mi misión. Sé que estas personas necesitan el mensaje de esperanza y salvación”, dijo el sacerdote a Crónica.

– ¿Qué siente al entrar junto a los pacientes con covid para llevar un mensaje esperanzador?

– Es muy fuerte, muy emocionante. Es una labor que hago cada 8 o 15 días o cuando me llaman, tomando todas los protocolos sanitarios. La mayoría son abuelitos y emociona bastante. Se siente mucha fe en ellos cuando me acerco para rezar. El pabellón covid es el pabellón de la fe.

– ¿Cómo es ese momento?

– Es una mezcla de sensaciones. Hay personas que todavía reaccionan y juntan sus manos o agarran sus rosarios y me dicen “pa’i, eñembo’e cherehe”. Esperan con muchas ansias que les llegue la unción. Hay otras que ya perdieron fuerzas, pero sé que escuchan el mensaje de esperanza y salvación. Es lo mínimo que puedo hacer por ellos. Es una misión como sacerdote. Es parte de mi vocación, estoy para servir.

– Sienten paz los pacientes…

– Te cuento un caso. Un señor estaba todo desesperado y se quería quitar los aparatos porque ya no daba más, le agarré de la mano y le dije que se tranquilice y que rece conmigo. Con la gracia del Señor se tranquilizó, durmió y poco después falleció, se fue en paz.

SACERDOTE

Hace 5 años que Arístides Amarilla se convirtió en pa’i. Actualmente es vicario de la cuasi parroquia Espíritu Santo, de Pedro Juan Caballero. Es misionero redentorista.

“No tengo miedo de contagiarme”

Le consultamos al pa’i si tiene miedo de contagiarse: “Yo no tengo temor en contagiarme, perdí ese temor y te cuento cómo. Yo fui uno de los primeros en entrar en cuarentena cuando comenzó la pandemia aquí en Paraguay. Estuve 17 días encerrado en mi pieza y en ese momento me desesperé, me sentía solo. Pero fue allí que Dios me dio las fuerzas que tengo. Al salir, perdí el miedo, lógicamente me cuido en todo con el protocolo sanitario. Pero temor no siento”.

“Al salir de mi encierro comencé a recorrer las calles con el Santísimo. Visito a los enfermos de covid en sus casas desde antes que esté el pabellón de covid en el hospital. Lógicamente siempre tomo las medidas sanitarias correspondientes, estar alejado, etc.”, agregó el religioso.

Hace de “nexo” entre los pacientes y sus familiares

El pa’i Arístides también comentó que durante sus visitas hace como una especie de “nexo” entre paciente y la familia.

“Al llegar les digo a los familiares de los pacientes que voy a entrar al pabellón, que estén tranquilos”, contó.

“Adentro saco fotos y les envío a los parientes para que les vean. Soy como un intermediario entre los familiares y el paciente. Es intentar llevarle un poco de esperanza también a los que están afuera, esperando con mucho sufrimiento”, agregó.

“Si hay algo que no nos pueden quitar es la fe en Dios y eso se siente mucho en el pabellón covid”, finalizó.