En Itapé, la santa patrona genera alimento. Un canoero cuenta su historia.

“La fe mueve montañas”, reza una famosa frase que, quizá, sea una a la que muchos paraguayos están abocados, con vistas a que mejore la situación vaikue en la que estamos sumergidos, debido al virus vai que viene causando estragos hace más de un año.

En la ciudad de Itapé se encuentra la Virgen del Paso, que tiene su festividad cada diciembre, denominado “Tupãsy Paso”. Allí las personas van a visitar a la Virgen para cumplir promesas, agradecer milagros y bañarse en el río que cruza al costado de donde está ubicado el santuario.

Guillermo Alfonso (53) es un trabajador del lugar, quien cada semana trabaja unos tres a cuatro días haciendo pasar gente en una canoa enorme, a cambio de un dos mil’i.

“Nací prácticamente acá en el río. Cuando tenía 5 años ya era canoero. Somos 25 ahora, toda una asociación. Nos turnamos por grupos para que todos podamos trabajar. Toda mi vida trabajé acá y gracias a Dios y a la Virgen saqué adelante a mi familia haciendo pasar gente”, arrancó diciendo Guillermo a Crónica.

Con la esperanza de poder salvar el pan de cada día, Guillermo se levanta muy temprano para ir a estar “pescando” por las personas que quieren cruzar hacia el lado de donde está el santuario.

“Por el momento hay poco movimiento. A veces hacemos 30 o 40 mil guaraníes por día. Antes de la pandemia hacíamos 80 o 90 mil y algunas veces más. Rezamos mucho para que esta situación pueda mejorar y que venga más gente. Nosotros dependemos de la gente para poder sobrevivir”, sentenció el guaireño.

LOS COSTOS

Para que una persona cruce hacia el lado del santuario, los canoeros les cobran 2 mil guaraníes la ida y si quieren retornar el costo es nuevamente 2 mil guaraníes. A los que quieran cruzar en auto les cobran 10 mil guaraníes.

DE PADRE A HIJO

Muchos de los pobladores de Itapé se dedican a la agricultura, pero para don Guillermo, el ser canoero viene ya de familia. “Mi papá era canoero de acá, después me tocó a mí. En su momento mis hijos también vinieron a ayudarme”, contó.

El santuario se prepara a “lo grande”

Actualmente la Virgen del Paso tiene un santuario no muy grande, pero se está construyendo lo que va a ser el nuevo santuario, que pinta que tendrá un gran atractivo como el de la Virgen de Caacupé.

“Todos aportamos para que se haga la construcción. Desde la Municipalidad, la Gobernación, los lugareños y también las personas que llegan hasta acá. Ojalá se pueda terminar pronto. Es una linda obra que será una gran atracción para Itapé por el significado que tiene desde la fe”, comentó Guillermo.

“Ko pandemia oreforzapaite”, contó una vendedora de velas

Una vendedora que está a diario ahí en el sitio donde se encuentra la Virgen del Paso es Narcisa Vera, quien vende rosarios, velas, inflables y todo lo que se pueda para salir adelante y llevar el pan a la casa.

“Ko pandemia oreforzapaite. Vendemos muy poco porque no viene más tanto la gente y los que vienen no nos compran casi nada. No hay plata. Tenemos a nuestros hijos que quieren estudiar y queremos que nos brinden una ayuda. La gente venía de todos lados a pagar su promesa y también para bañarse. Pero a pesar de todo tenemos fe. La Virgen es milagrosa, nosotros le rezamos mucho para que nos ayude”, omombe’u doña Narcisa.