• POR ARIAMNE ROA

Colonia Caapucumi, en Carapeguá, es el pueblo donde ya no hay niños, solo gente mayor que decidió quedarse en el lugar. Los niños fueron creciendo y detrás de un mejor porvenir tuvieron que dejar su pueblo para poder estudiar y luego ya nadie quiso regresar y radicarse en la tierra que los vio nacer.

El lugar con un paisaje único y una tranquilidad que da miedo de encontrarse con uno mismo, está ubicado a más de 100 kilómetros de la capital. Allí funciona la escuela “Prof. Blásida Leonidas Páez de Virgili”, fundada en el año 1980, que de a poco se va quedando sin el bullicio de los niños y a un pasito de que el Ministerio de Educación cierre definitivamente sus puertas después de 41 años. Este año cuenta solo con 4 alumnos, dos por la mañana y dos por la tarde, en donde una docente que hace también de directora les enseña a leer, escribir y sumar a más de contarles historias, esperando el momento de su jubilación ya que ejerce la noble profesión hace 26 años. La mujer fue alumna de la escuela, y se hizo profe para enseñar en la escuela de su infancia, tiene dos hijas que también fueron sus alumnas.

“Desde hace 5 años empezamos a tener cada vez menos alumnos, este año tengo dos en el segundo grado, uno en el cuarto y otro en el sexto, para el otro año solo nos vamos a quedar con tres niños, en la zona solo hay dos niños más, pero todavía no están en edad escolar”, contó la profesora María Medina.

EL AÑO PRÓXIMO

Para el otro año la escuela solo va a tener 3 alumnos, ya este año uno de ellos termina el sexto grado y tiene que caminar 8 kilómetros para seguir la secundaria.

DOS PEQUEÑOS

Los otros dos potenciales alumnos todavía no están en edad escolar, ya son los únicos niños que hay en la zona aparte de los otros que estudian allí.

No hay fuente de trabajo, solo la agricultura de autoconsumo

“Los jóvenes se mudan de acá porque no hay en qué trabajar, solo nos estamos quedando los más viejos, el pueblo tiene poco más de 200 habitantes, los que terminaron el colegio se fueron a estudiar a Asunción y otros fueron a trabajar a la Argentina para ayudar a su familia, por más que quieran volver no van a tener cómo mantenerse”, contó la profe.

“Casi todos se dedican al cultivo, pero solo para autoconsumo, no hay forma de vender la producción el camino es muy feo y no hay forma de sacar los productos, hay un colectivo que entra hasta acá pero solo una vez por semana”, he’i.

La esperanza es que retornen compueblanos de la Argentina

“Escuché que muchos compueblanos están queriendo volver de la Argentina, solo que ahora no se puede porque la frontera no se abre, pero si llegan a venir tenemos esperanzas de que para el otro año haya más alumnos en la escuela y no se cierre, para que los que están ahora no dejen de estudiar”, contó.

“Mis alumnos son muy obedientes y tienen muchas ganas de aprender, aprenden bien ya que prácticamente la enseñanza es personalizada, hay veces que extraño plaguearme, extraño esos años que la escuela estaba llena de alumnos”, expresó la docente.