Una doña denunció que el lugar de su gentekuéra fue alquilado kañyhápe por desconocidos a las familias de los fallecidos en el Cementerio del Este.

El nivel de tova’atã de loperro ya llega a niveles estratosféricos ya. Una kuñakarai denunció en las redes sociales una situación bastante incómoda para su familia, que perdieron a la abuela ahora en plena pandemia.

Cuando fueron para dejarla a la abuela en su última morada se encontraron que el mausoleo familiar estaba ocupado, no por un muerto extraño sino por ¡seis finados!, ocupantes ilegales del panteón ajeno.

“No debe haber peor bajeza humana que lucrar con ‘los muertos’. Sí, con los muertos. Muy pocos pueden acceder a comprar de antemano un panteón o una parcela en algún lugar de reposo o cementerio, pagar cada año impuestos o cuota de mantenimiento para que cuando necesites ‘usar’ para que los restos físicos de tu ser querido o el tuyo tengan un lugar digno donde reposar”, escribió doña Mirtha Monges en su muro del Facebook. Upéi escribió, “ayer se fue un familiar y, por supuesto, no se la pudo velar. Mi sobrina fue antes para hacer los trámites en la oficina de Necrópolis de la Municipalidad de Asunción, con todos los impuestos al día, y de ahí van al panteón.

Y aquí comenzó el otro calvario… vidrios rotos, candado roto y lo peor, al entrar al recinto se encuentra con 3 ataúdes y 3 urnas, un ataúd blanco con flores recientes”.

LUCRAR CON EL DOLOR

“No hay palabra para definirlos, lucran con el dolor de la gente. Porque lo que se cobra por el “alquiler” no va a la Municipalidad, sino a sus bolsillos”.

LUGAR DE LA FAMILIA

Según la denunciante, posteó que en el panteón familiar en el Cementerio del Este reposan el marido y el suegro de la señora fallecida anga.

“¡Estos no son mis muertos, sáquenlos!”

Luego siguió con su relato, “casi le da un infarto, ella que llora la partida de su abuela, con su esposo aún internado, con toda la familia enferma y encuentra que no hay lugar para su abuela que hace muchísimos años paga por este”.

La nieta pegó el grito al cielo al ver a los finados ajenos, mi sobrina con gritos ahogados por el dolor, les dijo ¡estos no son mis muertos, sáquenlos de aquí! Porque valiéndose del momento de vulnerabilidad querían dejarlos allí. No lo permitió. ¿Y qué hicieron estos imbéciles?, sacaron los cuerpos y los llevaron a otro panteón cercano. Esto no se hace, es ruin, es criminal, ojalá que el intendente lea y tome medidas ejemplificadoras”, he’i.