El periodista deportivo es hijo único, pero tuvo una “hermanita espiritual” con quien creció, compartiendo su infancia y adolescencia.
“Reencuentro con mi hermanita Lili en Loma (Caacupé), a metros de donde crecimos”, escribió Salvador Hicar en su Facebook, junto a la foto abrazándose con una señora rubia.
Se parecen mucho; sin embargo, no son hermanos de sangre. Hicar es hijo único, pero nos explicó que ella es su “hermana espiritual”. Con ella pasó su infancia y su adolescencia. Como es un poco mayor que él, es la que le cuidaba también, por sobre todo, cuando hacía sus macanadas como mitã’i akãhatã. Como sucede con la mayoría en el interior, primero dejó él su ciudad, Caacupé, en 1993, para instalarse en Asunción.
BUSCAR FUTURO
Después lo hizo ella, en el 2000, para ir a buscar un futuro mejor en Italia. Ahora, 20 años después regresó y se reencontraron, muy emocionados. “No organizamos aún ninguna celebración de bienvenida, pero sí hablamos mucho jaja… En estos días compartiremos algo más familiar”, comentó a Crónica el periodista.
“Vino sola para definitivamente vivir en su casa que construyó con mucho esfuerzo y con su hijo”, dijo. Hicar nos contó que tienen muchísimos recuerdos fuertes de adolescencia. “Cientos, desde la guerra de guayabas, correr y recorrer por todos lados en bici o a pie…”, comentó. A ambos les toca volver a su ciudad y empezar de nuevo. “Caacupé es un hermoso lugar para comenzar una nueva vida”, nos dijo.
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