El atleta de 35 años habló con Crónica y contó el porqué no continuó en el 12 de Octubre y las razones que lo llevaron a fichar por Presidente Hayes.

• POR OSCAR PATIÑO RIVEROS

Herminio Antonio Miranda Ovelar nació un 7 de mayo de 1985, a lo largo de su carrera jugó en varios clubes de nuestro país, fue campeón con Nacional y Olimpia, con el Decano además llegó a la final de la Copa Libertadores de América del 2013 y también tuvo la oportunidad de militar en el fútbol de Chile y México.

Trabajador, perseverante y de perfil bajo, el zaguero de 35 años habló con Crónica e hizo un repaso por una exitosa carrera y además contó cómo se dio su fichaje por Presidente Hayes, equipo de la Primera B.

En el 2020 estuvo en el 12 de Octubre de Itauguá, pero al culminar su contrato no le renovaron y se quedó sin club. Desde este año hay solo diez equipos en Primera División, lo que redujo la posibilidad de encontrar club en la máxima categoría de nuestro fútbol, muchos tuvieron que optar por jugar en Intermedia, en Primera B y hasta en Primera C.

Miranda fichó por Presidente Hayes. “El hecho de que existen dos equipos menos en Primera División este año complicó mucho las cosas, no encontré club y yo quería seguir jugando. Jugaré hasta que el cuerpo aguante. Me llamaron la gente de Hayes y me gustó el proyecto, es un gran club y la meta es lograr el ascenso. Se armó un buen equipo y hay mucha gente que está trabajando por la institución”, señaló.

Después añadió, “yo no me fui a Hayes por la plata, fui porque quiero seguir jugando y creo que todavía puedo aportar cosas importantes”.

“Yo ya gané todo lo que tenía que ganar en el fútbol”, acotó

Desde que recibió el llamado de los dirigentes de Presidente Hayes, Herminio Miranda ya sabía que no le iban a hacer una propuesta económica alta, ya que estamos hablando de un equipo de la Primera B.

Pero a él no le importó nunca el factor “plata”, su meta era seguir jugando, en este sentido confesó: “Tengo un sueldo para el combustible, pero desde el primer momento sabía cuales eran las condiciones, yo ya gané todo lo que tenía que ganar en el fútbol”, he’i.

Se recibió de técnico y quiere dirigir en un “futuro cercano”

El zaguero tricampeón del fútbol paraguayo (2009, 2011 y 2015) lleva el fútbol en la sangre y una vez que cuelgue los botines se dedicará a la dirección técnica. “Ya culminé la carrera de técnico, me gusta y quiero formar mi propio cuerpo técnico y comenzar a dirigir en un futuro cercano, pero eso una vez que deje el fútbol, por ahora quiero seguir jugando”, remarcó.

Desde su punto de vista es difícil saber cuándo un jugador va a dejar el fútbol, depende mucho de la situación por la que atraviesa.

“La Copa Libertadores del 2013 no era para nosotros”

Los hinchas de Olimpia todavía recuerdan la final de la Copa contra Atlético Mineiro en el 2013, Miranda fue clave en esa gran campaña. Para él hicieron todo bien, pero no fueron campeones porque esa Libertadores no era para la “O”. “No era para nosotros, hicimos todo bien y no se nos dio. Nadie puede reprocharnos nada”, he’i.

También se dedica al negocio de la construcción de casas

Los que jugaron en el fútbol mexicano saben que allí se paga bien y si uno aprovecha su momento puede hacer cosas importante con el dinero que ganó. Herminio Miranda jugó en Puebla y Correcaminos, lo que le permitió hacer la diferencia económica; además, fue campeón con Nacional (dos veces) y Olimpia, lo que también añadió algunos dólares a su cuenta bancaria.

Al ser consultado si tiene algún negocio paralelo a su carrera como futbolista reveló que sí tiene, se dedica a construir casas y departamentos y luego los vende. “No me puedo quejar, tuve la suerte de tener compañeros como Jorge Valdez que me hablaron mucho, me aconsejaron y yo supe escuchar”, sentenció.

“Nacional es mi 2.º hogar”

Jugó en varios clubes y fue campeón y finalista de Copa con Olimpia, pero para él el club que está en su corazón es Nacional. “Jugué 6 años allí, Nacional es mi 2.º hogar, es un club donde todos sueñan jugar. Robert (Harrison) es como un padre para mí”, aseguró.