Aldo Parra, una de las promesas de nuestro fútbol, cuenta todo lo que “gambeteó” para poder llegar a Primera.

• Por Arturo Rojas

Detrás de la pelota siempre. El futbolista del Sportivo Luqueño, Aldo Parra (18), charló con Crónica y comentó de todo, sus inicios, sueños y los obstáculos que tuvo que eludir para llegar a la Primera División.

No es solo cuestión de saber jugar, también de aguantar. “Cuando sos del interior, cuesta todo siempre, yo vine con 14 años con otros amigos de Caazapá para jugar acá en la capital, alquilábamos una casa entre muchos, pero no era la mejor forma de vivir, dormíamos en el piso, a veces pasamos hambre, de todo uno pasa cuando viene de lejos”, confesó el zurdo habilidoso futbolista auriazul.

Muchas veces, los clubes no tienen la infraestructura necesaria para albergar a los juveniles, por lo que algunos no aguantan y tiran la toalla. Ese no fue el caso de Aldo. “Muchos de los que vinieron conmigo se fueron otra vez, ndovy’ái hikuái, y más porque no es que se vivía tan bien que digamos, yo aguanté porque mis padres se esforzaron mucho para que sea futbolista, tenía que llegar a la Primera porque era uno de mis sueños”, reconoció el caazapeño.

Y luego de mucho aguantar, Parra creció y de a poco va teniendo minutos en la máxima categoría de nuestro fútbol, llamando la atención por su técnica y entusiasmando a una exigente hinchada de Luqueño. “Pienso en todo lo que pasé y me siento más motivado para seguir creciendo como futbolista, ahora se viene lo más hendy, que es mantenerse”, cerró en la entrevista la joya auriazul.

“El fútbol de salón me ayudó bastante para el dominio”, tiró

El juvenil Aldo Parra, zurdo de esos que la mueven, tiene otra pasión también además del fútbol de campo, y es el fútbol de salón.

“Cuando era más chico jugaba bastante fútbol de salón, llegué a jugar en la selección de Caazapá Sub 13 y cada vez que podía le metía, el fútbol de salón me ayudó bastante para el dominio, la verdad que te enseña muchas cosas que se puede usar muy bien en el fútbol de campo”, dijo el zurdo.

“En el interior la gente es muy fanática del fútbol de salón, fue una experiencia muy linda”, gatilló nuestro entrevistado.

“Impresionante la gente cómo es fanática acá en Luque”, aseguró

Hace pocos días, la ciudad de Luque fue una fiesta total por el centenario del Sportivo Luqueño. Como futbolista del club, Aldo Parra también vivió de manera muy especial. “Todo-ko estaba pintado con los colores del club, impresionante la gente cómo es fanática acá en Luque, lastimosamente no nos toca tener hinchada todavía en este tiempo, pero igual se siente el fanatismo, hasta me conocen los hinchas, no tengo muchos partidos en Primera pero ya me ubican, eso me sorprendió legalmente”, dijo Parra.

De herencia, la pasión por el fútbol

“De chico luego ya chutaba cualquier cosa” confesó Aldo Parra, futbolista de Luqueño, sobre sus inicios en el fútbol. Su padre, don Aldo, también fue un reconocido futbolista en la Liga Caazapeña, por lo que la pasión por el deporte rey tiene antecedente familiar.

“Mi papá también fue futbolista y con él prácticamente lo que empezó a gustarme el fútbol, quería seguir su ejemplo. Ahora tengo la responsabilidad de cumplir también su sueño que es consolidarme como profesional”, reconoció la joya.

De Caacupé a la República, aventura de todos los días

Aldo Parra también tuvo que viajar bastante en su momento, cuando le tocó vivir en Caacupé y de ahí el viaje hasta Luque para las prácticas era toda una odisea. “Un tiempo viví en Caacupé, me iba de ahí todos los días a la práctica o a los partidos en las Inferiores, a las 3:30 de la madrugada ya tenía que despertarme a veces, y si me pasaba el colectivo sí que hendy, hule ya era, no llegaba más para jugar o para las prácticas”, reconoció.

Los guardas de los colectivos ya se hicieron compinches de Parra con el tiempo. “Ya me conocían todos ya, che sociopaitéma hikuái”, finalizó.