Gisella Cassettai hizo una confesión en sus redes en cuanto a su solitaria niñez y al maltrato que sufrió.
Una de las conductoras más admiradas y con más buena onda de la televisión, Gisella Cassettai, utilizó sus redes sociales para confesar que detrás de esa amplia sonrisa y vitalidad incomparable que demuestra a diario se esconde un pasado bastante complicado con el que tuvo que luchar durante 10 años.
“Cuando era pequeña mis padres se separaron y a raíz de eso crecí la mayor parte de mi infancia lejos de mis hermanos y mi mamá, supongo que por eso casi siempre me sentía sola a pesar de estar con mucha gente”, empezó explicando.
“De niña no era extrovertida, no era aplicada, no era sonriente, sentía celos del mundo, sentía que se habían olvidado de mí, pensaba muchas veces que nadie me quería”, aseguró.
Se refirió además al bullying que ya en aquel tiempo era una moda en la escuela. “Moría por el abrazo de las profesoras, me encantaba cuando me pedían que borre el pizarrón, porque era como el segundo donde mucha gente quizás podría verme, incluso cuando al verme se reían porque el bullying también era moda en esos tiempos”.
“Muchos chistes escuché sobre mis pechos, sobre mi nariz prominente, sobre las marcas que no usaba, sobre la edad de mi anciano padre, etc.”, dijo Gisella.
AMORES
La hoy conductora se refirió avei a sus amores de adolescencia. “Pasaban los años y mi adolescencia se enriquecía gracias a familias de amigas o noviecitos que me veían un tanto vulnerable y me brindaban cariño y atención. Tuve hermosas experiencias de amor, pero ninguna completaba esa parte de mí que pedía algo que ni yo sabía qué era”, lanzó.
Vale mencionar que muchos de sus seguidores, la felicitaron por semejante enseñanza de vida que realizó en sus redes.
Desempolvarse y reinventarse
Finalmente, Gise se dio cuenta que debía de ganar su lucha contra ese duro pasado.
“Tomé la decisión de desempolvarme y reinventarme, viajé sola por lugares bellos, comí sola en los restaurantes, fui al cine sola, me ponía linda en honor a esa que alguna vez quiso estar bonita. Así fue que poco a poco me fui gustando. Era hermoso darme cuenta que estaba viva y que todo lo que durante 10 años curé desde adentro se notó por fuera, me gusté a mí”, terminó contando.
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