Don Pablo Giménez (91) es no vidente, pero susurra una frase que le nace desde el alma: “No hace falta que vea lo que hicieron por mi esposa y por mí. El gesto lo dice todo y eso me demuestra la grandeza de sus corazones”, dijo. “Rovy’aiterei, será nuestro castillo de amor que tanto quisimos. Gracias mante”, agrega doña Élida Bernal, su esposa.

Ambos estaban viviendo en el oratorio de la isla Chaco’i, sin nada. El sueño de una casa propia se esfumó con los años, pero gracias a un grupo de personas eso se hizo realidad.

Héroes anónimos. De esos que no necesitan llevar una capa en la espalda. Con el gesto dan una “cachetada” a muchos con trajes y corbatas, y dejan en alto la esencia de la mayoría de los paraguayos: la solidaridad.

Hablamos de un grupo de concepcioneros quienes cambiaron la vida de don Pablo y doña Élida.

Al enterarse de la manera en que ellos vivían decidieron trabajar para construirles una casa de madera con techo de chapa. “Ahora ya está prácticamente todo. Cada domingo veníamos a realizar la construcción y ver que es una realidad nos llena de emoción”, contó a Crónica don Crispín Díaz (53), quien junto con Luis Acosta y Mirian Ramona encabezan el grupo solidario. “Será nuestro castillo de amor donde pasaremos el resto de nuestros días. Gracias mante. Rovy’a hína. No cualquiera hace esto por alguien. Estas personas son unos ángeles de Dios”, dijo doña Élida.

“Verles reír nos llena de alegría”, dijo

“Yo conocí a esta pareja a través de un amigo, quien me comentó que eran de escasos recursos y que no contaban con colchón ni nada de eso.

Allí armamos un grupo y decidimos ayudarles.

Hicimos actividades como hamburgueseadas y muchos colaboraron también. Ahora la construcción ya está casi completa, solo faltan algunos detalles”, contó don Crispín.

“Verles reír de la felicidad nos llena de alegría y nos emociona mucho. Es bueno poder hacer cosas que cambien la vida de otros”, finalizó.

“A la gente que necesita hay que ayudar siempre”

Don Crispín comentó que a la casa solo le falta colocar el piso. “Apelamos a la solidaridad de la gente para que nos pueda ayudar a comprar las bolsas de cemento.

Calculamos que tenemos que usar unas 6 bolsas porque queremos hacer un piso acorde para que la pareja se pueda movilizar bien”, contó. “La pareja ya quiere mudarse demasiado a su nueva casa, pero le dijimos que sería mejor cuando esté todo el piso. Ojalá que podamos colocarlo pronto”, añadió.

Don Crispín comentó que el terreno es f iscal, pero están tramitando los papeles para que la propiedad pase a nombre de la pareja. “Seguiremos ayudando a esta pareja. Ellos se merecen. A la gente que necesita hay que ayudar siempre”, sostuvo.