Gustavo estuvo intubado por dos semanas, superó al covid pero las cosas se complicaron y tuvieron que amputarle una pierna.

Momentos muy duros son los que está viviendo Gustavo Leiva (52) a consecuencia del covid-19. Empezaron los primeros síntomas y con eso la angustia de toda la familia.

Gustavo es bombero voluntario hace 20 años, había consultado por molestias y en el hospital le medicaron. Fue a su casa a esperar los 10 días para poder hacer el hisopado, pero a los 8 días tuvo un paro.

Su pareja que es también bombera lo reanimó y volando le llevó al hospital de Villa Elisa. Al llegar allí por segunda vez volvió a parar su corazón, pero esta vez ya fue más delicado, ya que tuvo una hemorragia. Lograron estabilizarlo, fue intubado e ingresado a terapia intensiva.

“Estaba muy delicado, todas mis defensas bajaron, detectaron que no tenía potasio, también mis plaquetas estaban muy bajas, los doctores dijeron que estaban perdiendo el tiempo conmigo, que no tenía esperanzas de vivir. Pero Dios dijo otra cosa y ahora puedo contar mi historia”, expresó.

“Ese día ingresamos a terapia trece personas, de las cuales 12 fallecieron y solo yo, el que ni esperanzas de vivir tenía, despertó a los 13 días. Los médicos dijeron que mi caso era un milagro. Todo estaba bien hasta que empecé a tener dolores desesperantes en mi pierna derecha, para mi desgracia era una embolia y la única solución era la amputación. Allí mi mundo se derrumbó. Fui trasladado al Hospital de Itauguá, en donde hicieron el procedimiento y con la ayuda de Dios lo tomé con mucha calma, Él me dio fortaleza para soportar esta situación”, contó.

Inte de Villa Elisa le dará una prótesis

El voluntario presta servicios en la 5.ª Compañía de Bomberos de Lambaré, pero es de Villa Elisa.

“Ayer recibí la visita del intendente Ricardo Estigarribia y de verdad eso me devolvió la vida, ya que estaba empezando a deprimirme por lo que estoy viviendo. Él se comprometió a comprarme de forma personal una prótesis para que pueda volver a tener mi vida normal y volver al servicio, solo que tengo que esperar unos tres meses hasta que mi herida se cicatrice para poder usar la prótesis”, contó.

“Esta enfermedad es mortal, si no mata de alguna forma deja secuelas. A mí me perdonó la vida, pero me costó una pierna”, dijo.

“Dios me dio esta oportunidad para seguir ayudando a la gente”

Gustavo mencionó que gracias a sus amigos y al intendente de Villa Elisa, Ricardo Estigarribia, salvó su vida.

“Esta enfermedad mata al que no tiene dinero, en el momento en que yo llegué al hospital mi hija, quien me llevó, no tenía un solo guaraní, pero gracias a Dios allí estaba el intendente. Yo necesitaba dos ampollas de un medicamento que costaba 1.500.000 guaraníes cada uno y Ricardo me compró de su bolsillo. Si no tenía ese remedio yo me moría ahí”, dijo.

“Después, gracias a las actividades que hicieron mis amigos y mi familia pude costear los gastos. Dios me tiene preparadas grandes cosas, me dio esta oportunidad para seguir ayudando a la gente”, expresó.