En Santo Domingo, Colonia Independencia, vive una mujer con su tres hijas, de 7 meses, 4 y 7 años, prácticamente sola en un inhóspito lugar, sin acceso a luz eléctrica ni agua potable, como muchas otras familias en su comunidad.

El caso de esta mujer de 26 años es muy especial, ya que padece de un pequeño retraso, según contó María Figueredo, una agente comunitaria que se preocupó por la extrema pobreza de esta familia que además sufre de todo tipo de abusos he’i.

Todas las semanas este grupo de samaritanos visita a la mujer y sus hijas para asearlas y llevarles un poco de víveres, teniendo en cuenta que el lugar donde viven es muy lejano y se encuentran en condiciones muy precarias. “No tienen una mesa ni sillas, toman agua de un arroyo. La señora es abusada, ya hicimos la denuncia pero solo se les da orden de alejamiento a los que le hacen eso y ella no tiene a quien recurrir”, contó. Es por esta razón que quieren hacerle una casita en un zona poblada en donde puedan cuidar de ellas todo el tiempo.

“Es muy triste verlas así, hay días que comen, otros no. El estado de abandono en el que viven lastima el alma, por eso queremos ayudarlas. El papá de las criaturas tiene 60 años y sale a buscar changas desde las 5 de la mañana, pero es una zona muy pobre, no hay trabajo, hay días que trae algo y otros no tiene nada, también está enfermo”, expresó.

Ya tienen un terreno, ahora falta la casita

Las licenciadas de la UDF de Santo Domingo, con la ayuda del Gobernador de esa localidad ya consiguieron comprar un terreno en una zona urbana en donde podrán asistir constantemente a esta familia. “Necesitamos la ayuda de la gente de buen corazón, para que entre todos podemos construirles una casa digna, en donde están es muy difícil llegar. La precariedad en la que viven es impresionante, hay veces que la señora les frita harina con agua, porque no tienen nada más para darles de comer a sus hijas”, contó.

Señaló que cuando las profesionales llegan, las nenas se ponen felices porque saben que por lo menos pan les están llevando, pero hay veces que les cuesta ir hasta el lugar. “Si logramos construirles una casita en el terreno, que ya les compramos, van a estar bien, porque todos los vecinos les van a pasar un plato de comida”, dijo.

Para las personas que puedan ayudar de alguna manera a esta familia se pueden comunicar al (0984) 62 43 22 con la licenciada María.